Dadme un acento y moveré el mundo, puede decir el equipo de gobierno municipal de esta célebre ciudad. Seis mil euros, un millón de las pesetas de verdad, por darle un toque al acento del nombre de la ciudad y un retoque a la ge del mismo nombre. Una obra de arte a millón de pesetas. La crisis no existe para los gobernadores de esta ínsula forista que ladran pero no cabalgan. Con más de treinta mil parados en la ciudad, gastar lo que están gastando en un asunto menor e innecesario es un insulto al sentido común y a otros sentidos que no conviene recordar. Los seis mil euros por un acento son, con los matices que se quiera, el Niemeyer gijonés, el viaje a ninguna parte de los Gruesos locales. Título del manual: «Cómo tirar el dinero».