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Fernando Monreal

Fernando Monreal

Doctor en Medicina y Cirugía

Diferencias sexuales en el comportamiento

Por qué las niñas eligen las muñecas y los niños los coches

Una de las diferencias de comportamiento entre niños y niñas, que a menudo se achaca a la influencia ambiental, concretamente la vemos en el juego, ya que está marcado y definido por los niveles hormonales en sangre y en el cerebro.

Bien es verdad que ciertas tendencias, llamémoslas progres, o heraldos de lo políticamente correcto, han querido evitar la costumbre de que sean sólo las niñas las que jueguen con las muñecas. Por todos los medios han intentado que sean los niños quienes intenten jugar con muñecas y cocinitas, y que las niñas se recreen haciendo estrellar camiones y coches contra las paredes, bajo el estupor materno y paterno.

Pero hace unos cuantos años ya se demostró que esta diferencia de comportamiento tiene una base biológica. Tal y como menciona el catedrático de Neurobiología de la Universidad de Ámsterdam Dick Swaab, en su libro "Somos nuestro cerebro", fueron Alexander y Hines quienes ofrecieron a crías de monos verdes muñecas, coches y pelotas. Las monitas eligieron las muñecas y se pusieron a olisquear la zona anal y genital, mostrando de este modo el típico comportamiento materno, mientras que los monos macho tenían más interés en jugar con los coches y la pelota. Así pues, la preferencia por un tipo de juguete no nos viene impresa por la sociedad, sino que está programada en nuestro cerebro para prepararnos para el papel que habremos de desempeñar en ella: la maternidad en el caso de la niña y la lucha o actividades técnicas en el niño. La diferencia sexual en la elección de los juguetes por parte de los monos demuestra que el mecanismo en el que se basa se remonta a decenas de millones de años en nuestra historia evolutiva.

El pico de testosterona -hormona masculina por excelencia- que se produce normalmente en los varones estando en el útero parece el responsable de las diferencias sexuales en el juego. Las niñas que en el seno materno producen demasiada testosterona a causa de un trastorno de las glándulas suprarrenales conocido como HSC (hiperplasia suprarrenal congénita) muestran una inusual preferencia por jugar con niños varones, se sienten más atraídas por los juguetes "masculinos" y tienen un juego más impetuoso que el que se acostumbra a ver en las niñas.

Pero también se aprecian claras diferencias sexuales en los dibujos que los niños hacen espontáneamente. Tanto en la elección de temas y colores, como en la composición de los dibujos se aprecian diferencias entre niños y niñas que vienen determinadas por el efecto de las hormonas en el útero. Las niñas prefieren dibujar figuras humanas (sobre todo de niñas y mujeres), mariposas y flores. Emplean colores claros como el rojo, el naranja y el amarillo. Los temas son pacíficos y las figuras suelen estar en fila. Los niños, por el contrario, muestran predilección por objetos técnicos, armas (les encantan las luchas) y medios de transporte como trenes, coches y aviones. A menudo, la composición se ve desde arriba, y emplean colores más oscuros y fríos, como el azul.

Algunas diferencias sexuales en nuestro comportamiento se detectan tempranamente en el desarrollo. Ya lo ven: el comportamiento de los niños no viene marcado por lo que les impongamos, sino que ya existe un código interno, marcado por los niveles hormonales, que va a determinar nuestro comportamiento desde el momento en el que venimos a este mundo hostil. En este caso, al menos, la ciencia y la biología mandan sobre lo políticamente correcto, ¡qué le vamos a hacer!

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