De cada cinco abonados del Sporting, uno es mujer. El conjunto rojiblanco suma ya casi cinco mil féminas en su lista de asociados, de manera que un club tan plural avanza en la singularidad de ser cada vez más femenino, al menos en el cemento de la grada. Sin embargo, no aparece ni una sola mujer en el organigrama del club, tal que parece que el fútbol soberano sigue siendo cosa de hombres; y no es así, no es así. En las instituciones donde sólo hay presencia masculina, todos los asuntos acaban resolviéndose a la tremenda. Si se reconoce que éste es un deporte mediante el cual las naciones se hacen la guerra por otros medios y si el vocabulario futbolístico se nutre de cuantiosa terminología bélica es consecuencia del predominio del varón en esta suerte de circo balompédico. Señores directivos del Sporting: si andan buscando un portavoz, déjense de zarandajas y ofrezcan el cargo a una mujer. Todos saldremos ganando.
