La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Disyuntiva

Dura pugna entre Infinite Loop Cupertino y J. Edgar Hoover Building. Vamos, entre Apple y el FBI.

En diciembre, en la ciudad californiana de San Bernardino, un terrorista asesinó a 14 personas.

La Policía, que no ha logrado acceder a las tripas de su iPhone, donde puede haber información muy importante, ha pedido ayuda a la súper compañía de la manzana mordida y que si quieres arroz Catalina.

No es solo una cuestión de egos o de confidencialidades o de lo que sea.

La pelea es capital porque se trata de un episodio paradigmático de la tensión entre el individuo y el Estado.

Quizá mejor considerar a la sociedad porque el individuo, así, tal cual, no existe. Ni la humanidad, por más que siempre haya gente dispuesta a hablar en nombre de todos. Para dominarlos, claro.

EE UU se constituyó, como ningún otro país moderno, sobre individuos. Frente al Estado. De ahí la disputa, paralela, en torno al derecho a portar armas. Por eso llevan 240 años sin un solo Gobierno socialista. Por eso son tan ricos. Y tan libres.

El Estado es el problema. Y cuando Lincoln constituyó el imperio -como César, contra la República: contra la democracia, diríamos hoy- todo empeoró. Menos el poder.

Los minarquistas quieren un regressus. Lee no era el malo de la película. Ni Lincoln, padre de los negros. En los Estados del Norte siguió viva la esclavitud tras la guerra civil.

La disputa del iPhone es transcendental. EE UU duda entre el mundo y el hogar. No hay terceras vías. Sobran los hipócritas.

Compartir el artículo

stats