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El patio

Lo peor que le podría pasar a PSOE le está pasando: pierde el combate de las palabras. Y ahora parece que la socialdemocracia ya no es cosa suya sino de otros (eso lees en prensa) Pedro Sánchez habla de desmotivación en su electorado. ¿Es eso? El electorado cambia con el tiempo en su percepción de determinados conceptos; eso depende de la pedagogía que haya habido desde el poder. Las leyes educativas están para educar, como su nombre indica. Quien las hizo, las hizo. Quien las hizo mal, las hizo mal. Y evidentemente, calculó mal. La tele no está para educar con todas las letras, pero también hace un trabajo. El modelo de debate, la corrupción del ágora hasta despojarla de su dignidad, han transformado el espacio político de España en un patio muy receptivo a la verdulería. El descaro y el insulto son reaccionarios y bárbaros, no transgresiones. La transgresión sin riesgo es oportunismo, la transgresión remunerada es de muy poco fiar. Eso es crucial. Sánchez se equivocó y quiso imitar lo que él creyó un canon emergente. Tampoco tuvo con todos los candidatos los mismos bríos ni, ciertamente, los mismos reflejos. Fallo ganso. Si Sánchez defendiera abiertamente unas formas políticas en las que la expresión digna no fuera una opción sino puro ADN de un partido que no se deja invadir y que no hace un rol menesteroso al lado de nadie, quizá mejorara resultados. Las altas instancias de la democracia reproducen a escala lo que se ve a pie de calle: reuniones vecinales en las que son norma la increpación descarada, los modales despóticos y el desprecio a las mayorías. La democracia es una práctica, no una partida con cartas marcadas ni un plató de teleaulladores. Visto lo visto, Rajoy se esfuerza en parecer un modelo de sabiduría solo por decir poco y dejar que otros no callen.

Esa devaluación del ágora, ese envilecimiento reaccionario del debate político le han venido mal al PSOE. No es que le hayan desmotivado al electorado -que pelín también-. Es que han pillado a los socialistas con una flojera tal que les hizo considerar aceptable renunciar a la doctrina propia para adaptarse a liturgias ajenas. Asombrosamente, no hubo nadie que se lo hiciera ver. Tampoco hay, a lo que se ve, gente que se ponga a estudiar lo que dijo Marx- ¡tan de moda! ¡qué milagro tan interesante!- de unos cuantos personajes de la Historia. Citar a Marx es asunto delicado. Y limpiar la telebasura, una urgencia nacional. Habrá mucho ruido en Ferraz dentro de poco, y búsqueda de inteligencia, que es una virtud. Mejor reflexionar ahora que en la jornada de reflexión. La lucha por la socialdemocracia. Qué país curioso.

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