¡Gigia gloriosa..., progresiva y laboriosa, con qué ansia esperabas tu "canícula!...

Aquí la tienes?, con la playa en trance de acoger a cuantos quieran refrescarse o tostarse, a cuantos quieran bañarse o chapuzarse, a asturianos y leoneses, vascongados, palentinos y zamoranos?

¡Aprovechemos la playa!, antes de que "para" el monte, que la pobre, a la que don Florentino sacó las entrañas para rellenos del Musel, se nos va desparramando hacia los bordes del pozo sin fondo que dejaron las "dragas" holandesas y florentinas, que o eran de su propiedad o las tenía en alquiler, pero así o asá, el resultado fue el mismo, el deslizamiento del arenal al agujero? "¡Parte de Cristiano es producto de nuestra arena"? y la dicente no concretó la parte, ni dijo si el cristiano era San Torcuato, o si era el futbolero?

El pasado fin de semana, inicio canicular, la multitud invadió la Gigia costera. Desde el Rinconín a Coroña? El paseo de Fomento fue hervidero en el que todavía, ¿también en pleno agosto, hosteleros?, se hacían notar las, supongo, últimas "despedidas", que forasteros, y forasteras curiosas, miraban con ojos de asombro, que la zafiedad siempre asombra al inocente desprevenido.

Un soltero despedido, mocetón palentino hijo, hermano y nieto de fornidos leñadores o herreros, de estatura metro noventa, espaladas de metro y medio, cabeza en proporción; brazos como garrotes, piernas jónicas. Lucía el tal, tocado blanco, blanca blusa, medias de red blanca haciendo juego con guantes largos de lo mismo, y casi cubriendo su braga gigantescamente blanca con lunares rojos, un primoroso tu-tú de bailarina?

Al cruzarse con el extraño móvil, una niña forastera solo pudo musitar ¡¡m a m á!!, roja de miedo (¿y vergüenza?).

Hay turismos que matan? otros turismos.