Muy pocos gijoneses dudan, salvo aquellos que la sufren por cercanía, de los beneficios que la "Semana negra" ha aportado a Gijón, a punto de alcanzar las tres décadas de existencia. Durante años, lo que su fundador, el escritor Paco Ignacio Taibo II, definió como una "Disneylandia para niños trostkistas" logró situarse como principal referente del verano gijonés, un festival literario y recreativo que, teniendo como referente la novela negra, fue ampliando sus contenidos a otros géneros literarios y extendiendo el espacio de la oferta lúdica, justamente la más ruidosa y la que más afecta a los vecinos de El Natahoyo, los principales sufridores de las molestias que ocasiona la "Semana" desde su instalación en los terrenos desocupados de Naval Gijón.

No existen dudas, por tanto, de que la "Semana negra" es uno de los principales activos turísticos y culturales de Gijón, un evento que nació en 1988 como genialidad de un iluminado y que puso a esta ciudad en el mapa de la relevancia cultural veraniega con la llegada cada año de una pléyade de autores destacados de la literatura internacional y escritores de éxito en ciernes.

Ocurre que treinta años después la celebración pasa por su peor momento económico, con más de 200.000 euros de deuda a proveedores y dos requerimientos de Hacienda por el impago de más de 30.000 euros, lo que ha obligado a los organizadores a ofrecer su marca como garantía al Fisco, a falta de liquidez. La noticia del estado de las cuentas de la "Semana negra" no habría saltado a los titulares si el Ayuntamiento de Gijón no hubiera retenido el pago de la subvención de 100.000 euros correspondiente al pasado año, con la que la organización tenía previsto liquidar el débito con Hacienda y cumplir con otras obligaciones pendientes. Esa noticia ha disparado todas las alarmas, pues, según los responsables del evento, sin el incremento de las ayudas públicas la "Semana" languidecerá inevitablemente.

La pregunta que se hacen hoy muchos gijoneses es: ¿debe el Ayuntamiento salir al rescate con dinero público de la mala gestión de una entidad privada? Ya lo hizo en 2001, cuando el gobierno local de Paz Fernández Felgueroso adquirió la escuela de Mareo y las marcas del Sporting de Gijón por 2.025 millones de las antiguas pesetas para evitar la desaparición del club, ahogado por las deudas. La posibilidad de adquirir con fondos de las arcas municipal la marca "Semana negra" se apuntó esta semana desde el PSOE y las voces contrarias a esa posibilidad han sido numerosas.

Los grupos de la izquierda se han aliado para conseguir que el Ayuntamiento incremente en 75.000 euros la subvención anual a la "Semana negra" ya este mismo año, de manera que la entidad recibirá 175.000 euros del Consistorio. Tanta generosidad municipal exige de los organizadores del festival un plan de viabilidad serio, un recorte en el gasto y una gestión económica más solvente para evitar el regreso a los números rojos. Los ciudadanos no entenderían, con razón, que con el dinero de todos se tapen los agujeros del dispendio de unos pocos.