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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La política es fútbol

El ejercicio de la política muestra enormes similitudes con la práctica del fútbol, ese deporte que consiste en hacer la guerra con otros medios. Tan es así que en 1969 Honduras y El Salvador se enzarzaron en un breve conflicto armado a cuenta de un partido de selecciones clasificatorio para la disputa de un Mundial.

En su empeño por situarse más a la izquierda para frenar las arrancadas de Podemos por la banda zurda, que a su vez ha perdido, por deméritos propios más que por aciertos del rival, chance en el campeonato en las últimas jornadas, el PSOE ha desguarnecido el centro, que tanto sobre el césped como en el entorno sociológico de las encuentras es el lugar donde se gestan las victorias. Y de esa falta de visión de la jugada se aprovecha, con una alineación inédita, Ciudadanos.

Como quiera que al PP le pasa como al Madrid, que no se explica las causas de su falta de puntería y el entrenador no encuentra soluciones para la caída en picado de su once inicial y prefiere culpar de sus males al empedrado, Ciudadanos ha abierto otra brecha desde la derecha para trazar una diagonal hacia el centro, donde el partido de Rivera está acumulando jugadores.

Si convenimos que los encuentros futbolísticos -y las elecciones- se ganan desde el dominio de la medular, que es el centro equidistante, Ciudadanos puede convertirse en la sorpresa de la liga, que ya no es cosa de dos desde que el votante y la grada denigraron del bipartidismo. De manera que a los partidos tradicionales no les queda otra estrategia que achicar espacios. Y los de la camiseta naranja, que se han convertido, según las encuestas, en el enemigo a batir, tendrán que ejercitarse en el juego a la contra: tuya, mía, cabecina y gol.

Cuando Adriana Lastra comparó a Albert Rivera con José Antonio se equivocó. Debió haberlo comparado con Di Stéfano.

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