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Sol y sombra

Disturbios en Madrid

Los detenidos no son africanos excluidos, sino españoles violentos

El mantero que murió en Madrid de paro cardiaco no quería ser mantero, según los perfiles que afloran. En realidad, no creo que ninguno tenga predilección por ello. Como tampoco hay nadie dispuesto a tirar de la manta y descubrir quiénes son los que mueven los hilos de sus tristes vidas y los explotan de manera miserable. No sólo su desdichada deriva comercial cuando, en vez de bolsos y relojes falsificados, se ven obligados a vender cedés con canciones y películas que nadie compra porque los soportes ya son otros.

Un concejal madrileño ha dicho que el infatado de Lavapies es una víctima del capitalismo, pero en circunstancias así resulta igual que no decir nada. Para él es el Estado español, que mantiene a los manteros sin papeles, el que los obliga a vivir de la economía sumergida. Al tratarse de algo no tan simple como podría desprenderse de sus palabras, el concejal tampoco se ha molestado en profundizar explicando qué tipo de soluciones reales habría que tomar para evitar la exclusión social de todos los africanos que llegan. No sólo a España, sino al resto de los países europeos. Cuando alguien encuentre la respuesta, el resto de la humanidad, yo el primero, se lo agradecerá. ¿Cómo acabar con el hambre?

Entre los detenidos por los disturbios en el céntrico barrio madrileño, en cambio, no hay africanos, todos ellos son de nacionalidad española. Es decir, los contenedores fueron incendiados y los comercios saqueados, no por excluidos sociales del top manta, sino por radicales identificados por la Policía. Los que ven en el río revuelto, el fútbol o las tragedias humanas, la oportunidad del caos.

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