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Vicente Montes

El carro antes que los bueyes

Todo tiene un orden, y cuando ese orden se trastoca todo se mezcla. En la polémica sobre la implantación del grado de Deportes se ha colocado el carro delante de los bueyes y eso explica el lío. La principal responsabilidad recae en el rector Santiago García Granda, que jugó a la ambigüedad y al disimulo propiciando que la bola creciese.

La decisión sobre qué estudios pretenden implantarse, de qué modo, con qué recursos y en qué instalaciones es competencia de la Universidad. Y debe ser ella la que primero rompa el huevo. La decisión que tome despertará agravios y quejas, pero no vale esconder la cabeza bajo el ala.

El alcalde de Mieres tiene toda la legitimidad para defender que su concejo reciba cuantos recursos considere necesarios, al igual que los gobernantes de otros municipios. El Principado, por ahora, es un espectador, aunque más adelante deberá tomar partido como titular de la institución académica. Pero no antes de escuchar a la Universidad. La pelota está en su tejado, y tratar de pasarla a otro es un peligroso precedente.

Las insinuaciones no ayudan. El Rector dijo en Mieres que "otros concejos tenían más poder". ¿Quiere decir que está recibiendo presiones de municipios y que, según su poder, cede o no a ellas?

Por supuesto que el reparto de estudios entre territorios y atendiendo al uso adecuado de las instalaciones es relevante. Y precisamente por eso es tan necesaria el área central: para optimizar por el bien común, evitar duplicidades y luchas localistas, con generosidad y comprensión hacia las zonas que necesitan recursos o que ofrecen mejores condiciones.

Y por último: ¿qué opina IU de Gijón del respaldo de su organización a la reclamación de Mieres? ¿Y el PSOE gijonés de la de sus correligionarios mierenses? ¿No debería haber sobre este asunto una postura de la dirección regional de la FSA, ya que se le exige al Ejecutivo?

Por eso, si los pasos de un argumento se desordenan, se cae en el galimatías. La Universidad debe atajar el enredo de las expectativas y hacer la propuesta que considere más adecuada desde el punto de vista académico, teniendo en cuenta el alumnado que espera y los mejores recursos. Y luego ya vendrá el carro.

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