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Sol y sombra

El enésimo descalabro

Argentina pide ayuda al FMI para frenar su caída, la historia se repite

Argentina se prepara para enfrentarse a su enésimo hundimiento económico y social. Macri ha pedido ayuda al Fondo Monetario Internacional para frenar la caída del peso. No hace mucho, el Presidente dijo que pensaba que la inflación iba a bajar más rápido. Ahora ha optado por echarle la culpa al gasto público originado durante la etapa de su predecesora.

En Argentina, la culpa la tiene siempre el que gobernó antes, y no se trata de un diagnóstico fallido, porque en realidad es el fruto de un despropósito en cadena. Lo explica muy bien el escritor y periodista Martín Caparrós cuando dice que el suyo es un "país reaccionario", donde cada gobierno genera tantos desastres que enseguida viene otro que los asume con el pretexto de remediarlos. De este modo, el gobierno de Alfonsín llegó para deshacer el entramado asesino de la dictadura militar; el de Menem, para deshacer el caos económico de la hiperinflación alfonsinista; el gobierno de De la Rúa, para acabar con la corruptela menemista; el de Kirchner, para remediar el desastre menemista-delarruísta; y el gobierno de Macri, para deshacer el tinglado corrupto-clientelar del kirchnerismo. El problema empieza, según Caparrós, cuando a los gobiernos se les acaba la capacidad de reaccionar, empiezan a aplicar sus recetas y, con sus desastres, preparan la reacción siguiente.

Y, mientras tanto, se lo llevan crudo. Hasta tal punto que cada vez que se origina un descalabro cobran actualidad aquellas famosas palabras de los años 90 del dirigente sindicalista, entonces superintendente de Salud, Luis Barrionuevo, que en un alarde de franqueza dijo: "Tenemos que dejar de robar, por lo menos, dos años"

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