Ribadesella,

Bárbara MORÁN

El sector turístico riosellano se suma a la tónica habitual de excelentes resultados en afluencia de viajeros y ocupación hotelera obtenidos en el resto de los municipios de la comarca durante el pasado puente del Pilar. «Ha sido un puente muy bueno, mejor que el año pasado. Los negocios rondamos el cien por cien de ocupación», asegura Juan Luis Toribio, presidente de la Asociación Riosellana de Turismo Rural (Aritur).

Fueron sólo tres días, pero intensos y muy agradecidos para un sector que sufrió el año pasado un leve pero claro bajón en las cifras de afluencia. Una vez más se impusieron los madrileños como los viajeros que más visitaron Ribadesella durante las fiestas, aunque los datos registran también una presencia abundante de valencianos, que se desplazaron hasta Asturias aprovechando que el día 9 fue fiesta en su comunidad.

El portavoz de los empresarios turísticos de Ribadesella apunta que hasta el lunes 12 el teléfono no dejó de sonar en los establecimientos hoteleros. «La afluencia fue espectacular y estamos muy satisfechos», apuntó Toribio.

La gran afluencia que recibió Ribadesella durante el puente ha sido un balón de oxígeno para el sector local, al que ahora le toca enfrentarse a la temporada baja y en plena crisis económica. Pero durante la festividad de la Hispanidad no hubo tiempo ni para pensar en lo que pasará durante el invierno, ya que cientos de viajeros inundaron las calles y rincones más emblemáticos de la villa y su entorno. Las playas del concejo, tanto el arenal de Vega como el de Santa Marina, alojaron a numerosas personas que decidieron disfrutar del buen tiempo paseando por la costa riosellana.

Muchos de ellos decidieron, antes de hacer planes por el concejo, solicitar información sobre los rincones más emblemáticos y atractivos del concejo en la oficina municipal de turismo. Por este punto de información pasaron 3.000 viajeros frente a las 1.354 consultas que recibió el servicio turístico durante la festividad del Pilar del año pasado.