Infiesto, R. DÍAZ

La Asociación Profesional de Ganaderos y Agricultores de Piloña manifestó ayer en Infiesto su frontal rechazo a la revisión a la baja de los baremos por los que se rigen las indemnizaciones por daños cinegéticos, que no se han revisado desde hace tres años. El colectivo, con más de 150 asociados de los concejos de Piloña, Caso, Nava, Parres, Ponga y Colunga, sale así al paso de las recientes declaraciones de varios dirigentes de colectivos de cazadores, que señalaron que varias asociaciones cinegéticas están al borde de la quiebra debido a los pagos que deben realizar a los agricultores por los daños que ocasiona la fauna salvaje.

El presidente de la asociación de ganaderos, Luis Cueto Ordóñez, aseguró que este colectivo se siente «aludido y ofendido», porque se pretende culpar al sector de esas supuestas quiebras. Cueto recordó que la caza es una actividad con la que «unos hacen deporte, otros recaudan dinero y unos terneros, que somos nosotros, sufrimos los daños». Y lanzó una pregunta: «¿Acaso debe prevalecer la actividad deportiva sobre el sector productivo?»

Cueto subrayó que los ganaderos no están «en contra ni de la caza ni de los cazadores», y que su único objetivo es ser resarcidos «de una manera justa» de los daños provocados por las especies cinegéticas. El colectivo rechaza de plano la obligación de vallar las fincas como premisa para cobrar los daños, una propuesta que consideran «inaudita». Cueto destacó que la obligación de los ganaderos es «cuidar del ganado y de las fincas, pero en ningún caso nos sentimos obligados a controlar los movimientos de la fauna silvestre, cosa por una parte imposible», ya que, además, «no somos ni sus propietarios ni sus gestores».

En cuanto a la revisión de los baremos a la baja, los ganaderos lo descartan rotundamente, porque los costes de producción suben y esos baremos hace tres años que no se revisan. El colectivo destacó que la mayor parte de los daños «no son reclamados» y añadió que «si se abonase el veinticinco por ciento de los daños ocasionados, las sociedades de caza quebrarían todas».

Según el colectivo de ganaderos y agricultores, la valoración de los daños provocados por especies cinegéticas debe estar basada en un cálculo «que cubra el valor de la producción dañada y su coste a precio de mercado». El problema de fondo, indicó Cueto, es la sobrepoblación de animales salvajes.