Nocéu (Ribadesella)

Bárbara MORÁN

La iglesia románica de San Salvador de Moru, situada en el núcleo riosellano de Nocéu, lleva setenta años agonizando, pero, sorprendentemente, resistiendo a derrumbarse por completo. Puede que esta desvencijada joya del siglo XIII encuentre soporte en el apoyo incondicional que la Asociación Cultural Iglesia de Moru le lleva brindando durante todos estos años. La última iniciativa impulsada por el colectivo para salvar en este caso las pinturas de los siglos XV y XVI que adornan el altar del templo románico es una campaña para encontrar padrinos que se conviertan en los mecenas de las obras que aún no han podido rehabilitarse y que corren el riesgo de ser «devoradas» por la humedad si no se actúa pronto.

El pasado mes de abril la asociación se puso en contacto con más de 70 importantes empresas radicadas en Asturias para pedir a cada una que «apadrine» la restauración de una de las figuras presente en la bóveda y muros de la capilla mayor de la Iglesia. «De este modo, el patrocinador sería el "padrino o propietario simbólico" de un personaje, pudiendo hacer usar su imagen en publicidad u otro tipo, y figurando como promotor de la restauración», explica Ana Fernández, miembro del colectivo. El «proyecto Apadrina» es una iniciativa vital para velar por estas valiosas y singulares pinturas, para las que el Principado concedió el año pasado 27.000 euros, que sólo dieron para la restauración de los frescos de una de las paredes del altar. Este año el colectivo no contará con subvención y por eso han recurrido a la imaginación. «De las empresas con las que hemos contactado cuatro ya nos han dicho que no apadrinarán», añade Fernández.

Si algo caracteriza a los integrantes del colectivo es su insistencia y lucha constante por que el valioso templo no acabe siendo un montón de escombros, que es a lo que está abocado si en un espacio de tiempo no muy largo no se rehabilita. «El estado de esta reliquia es fruto de un abandono histórico, es una joya patrimonial y haremos lo que esté en nuestra mano para velar por que no se derrumbe», destaca José Manuel Rosete, alcalde pedáneo de Nocéu.

El colectivo también lleva 30 años luchando por que San Salvador de Moru sea catalogado como bien de interés cultural (BIC).