Cangas de Onís,

Alba SÁNCHEZ R.

Las obras de reparación del entorno del lugar donde, supuestamente, un oso mató al rey Favila en la localidad canguesa de Llueves quedan pospuestas, según informó ayer el alcalde cangués, José Manuel González Castro.

El consistorio, que no descarta resaltar en un futuro este recurso patrimonial de la ciudad, da prioridad a la capilla de Santa Cruz, a la agilización de los trámites para recuperar el estado original de la iglesia de Abamia y a la mejora de las instalaciones deportivas de las que dispone la ciudad.

El enclave donde supuestamente murió Favila está señalizado con una piedra tallada con la cruz y en la cual figura la inscripción: «un oso mató aquí al Rey Favila». Historia o leyenda, lo cierto es que se trata de un lugar por el que pasan muchos visitantes al cabo del año y que es el orgullo de los vecinos. Su mejora constituye una demanda histórica de los vecinos, dados su mala accesibilidad y su abandono.

Favila gobernó entre los años 737 y 739 y murió prematuramente, según cuenta la leyenda por un enfrentamiento con un oso. No obstante, es posible que la muerte del rey Favila fuese un asesinato político, como habría otros en este reino más adelante. También se baraja que la lucha con el oso fuese un rito de virilidad, una de las pruebas de valor exigidas a la nobleza de la época. Favila fue un gran amante de las cacerías, lo cual hace más verosímil la historia que cuenta que fue despedazado por un oso. Dado que durante su reinado los árabes guerreaban en Francia, el rey astur descuidó los asuntos de estado.