Ribadesella,

P. MARTÍNEZ

La cofradía de pescadores «Virgen de la Guía» de Ribadesella suspendió ayer la que sería la tercera subasta de angula de la temporada. Pasado el mediodía, las escasísimas capturas de la noche anterior no alcanzaron el peso necesario para que se pudiera rular. José Ramón Pintado, conocido como «Garuña», explicó: «De momento hay pocas, vamos para luna llena y estamos a principio de temporada, todavía es temprano».

La luz que proyecta la Luna espanta al alevín de la anguila, que además de agua dulce quiere oscuridad, cuanta más, mejor. Por eso el periodo óptimo para pescar angula es la conocida como «oscurada» o «escurada», la quincena que va desde que la Luna entra en cuarto menguante hasta que llega al cuarto creciente.

«Garuña» afirmó que las mejores «"oscuradas" son las de diciembre y enero» y confió en que este mes haya días buenos a medida que la luz lunar vaya descendiendo. «En "escurada" alguna pescaremos», añadió.

Hay poca angula y algunos pescadores prefieren guardar lo que van cogiendo durante la semana para el viernes, último día de venta, y traerlo todo junto. «La gente con menos de cien gramos no te viene. El primer día sí vinieron pescadores con treinta o cuarenta gramos, pero por el precio», explica el riosellano. Además, hoy en día «todo el mundo tiene viveros oxigenados en casa y esperan a tener algo más», añade. Aunque no hay un mínimo oficialmente establecido, «Garuña» señala que «si hay alrededor de medio kilo, 800 gramos, ya subastas», pero no con menos cantidad.

No obstante, en la cofradía riosellana no cunde el pesimismo, porque saben que no son los únicos que ayer no tenían capturas. En otras playas de la zona como San Antolín, en Llanes, tampoco hay angula, ni en otros concejos como Gijón. Hoy esperarán de nuevo a que el preciado alevín haya entrado en los cedazos de los cerca de sesenta pescadores que este año tienen licencia para capturar en Ribadesella y que iniciaron la costera el pasado viernes.

En la primera subasta, el sábado, el kilo alcanzó los 1.450 euros; en la segunda, bajó. Fue José Manuel Mori, del restaurante «El Campanu», quien adquirió las primeras angulas, que no llegaron al kilo.