El periodista llanisco Ramón Pérez Batalla, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, fue hallado ayer muerto ayer en su domicilio por la Policía Local. Las primeras averiguaciones indican que el veterano corresponsal falleció por causas naturales, posiblemente en la madrugada del lunes al martes. Fue hallado por los agentes en su cama. Ramón Pérez Batalla, hombre muy conocido y apreciado en toda la comarca, tenía dos hijos y una nieta.

La muerte de Ramón Batalla (así firmaba sus colaboraciones) fue conocida a las diez y cinco de la noche de ayer, tras entrar una patrulla de la Policía Local en su domicilio de la villa de Llanes por la ventana de un patio interior. El periodista, de 57 años, estaba en su cama, con el pijama puesto, según fuentes municipales. La Policía llanisca había sido alertada por varios amigos de Ramón Batalla, preocupados porque no se le había visto por la villa desde el pasado lunes.

Ramón Batalla, de la estirpe de los Cámara y los Raposos, según dejó escrito su amigo Higinio del Río en la serie "Mis personajes favoritos", era miembro de una de las familias más conocidas de Llanes, los Batalla. De niño vendió periódicos por la calle -su familia regentó durante decenios un kiosco en la villa-. Fue futbolista en el Llanes y entrenó a este mismo equipo, así como al San Jorge de Nueva y al Ribadedeva. Durante muchos años trabajó en la oficina de Correos de la villa llanisca, hasta que se jubiló a causa de una enfermedad.

Ramón Batalla empezó a trabajar como corresponsal en el año 1990. Colaboró con la Agencia Efe en Asturias y con "El Comercio", hasta que, hace diez años, empezó a colaborar con LA NUEVA ESPAÑA. Era uno de los mejores conocedores de la intrahistoria de Llanes.