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La maestra más especial de Cangas de Onís

M.ª Luisa Azurmendi se jubiló en 1989 en el colegio Reconquista como docente para escolares con discapacidad

María Luisa Azurmendi. J. M. CARBAJAL

María Luisa Azurmendi Fadrique, ovetense con raíces familiares vascas y pucelanas, puede decir con rotundidad que es canguesa de adopción, pues en la vieja capital del Reino de Asturias lleva residiendo desde principios de la década de los 60 tras contraer matrimonio con José Manuel Miranda. Dedicó buena parte de su vida profesional a la docencia, sobre todo con los escolares más vulnerables y desfavorecidos, destacando por su entrañable labor solidaria.

Nació el 24 de marzo de 1924, por lo que está a punto de cumplir los 92 años, tras jubilarse en 1989. Rebosa una vitalidad envidiable y mantiene su prodigiosa memoria.

Corrían los años 50 cuando María Luisa tuvo que coger los bártulos rumbo a Bulnes, en el corazón de los Picos de Europa, ya que le asignaron en aquel entonces la escuela, con apenas doce o catorce niños y niñas. "Iba en tren hasta Posada de Llanes y de allí en autobús hasta Arenas de Cabrales. Después, desde Arenas andando hasta Bulnes", rememora. Se hospedaba en Casa Amparo, en el mismo Bulnes, y tan sólo bajaba en vacaciones. Tras Bulnes, los siguientes destinos fueron Carangas y, más adelante, Tanda, ambos en Ponga. Allí conoció al que sería su esposo José Manuel Miranda, que se dedicaba al gremio forestal -era maderista- fijando en 1962 su residencia en un piso del inmueble de "Mito" Alonso, en la céntrica calle Emilio Laria de Cangas.

Su periplo en el sector de la enseñanza continuó por todo el Suroriente: Benia de Onís, Beceña, Sames, Argoliviu, Arenas de Cabrales, Ribadesella, Pernús (Colunga), Posada de Llanes y, por último, el Reconquista, en la urbe canguesa, donde se jubiló hace 27 años. Como dato a destacar cabe mencionar el colegio Don Orione, en Posada de Llanes, donde impartió Educación Especial. Esa misma especialidad fue la que ofreció durante los tres últimos cursos en Cangas de Onís.

Tiene dos hijos: Francisco, que ejerce como profesor en Trubia, y Luis, maître en el Parador de Almagro (Ciudad Real), quien le ha dado tres nietos.

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