Tienen en común su proximidad al mar pero además son lugares donde se come muy bien y precisamente la gastronomía protagonizó ayer el día del club que las aglutina. "Villas Marineras", la asociación de promoción turística de la que forman parte Ribadesella y Llanes, congregó en la segunda localidad a unas 400 personas de Baiona, Sanxenxo Ortigueira y Viveiro (todas en Galicia) y San Vicente de la Barquera, Santoña y Laredo (de Cantabria).

Los más entusiastas fueron los vecinos de Viveiro, que llenaron tres autobuses con 180 pasajeros interesados en conocer la costa comarcal. Así comenzaron el día, con un tour que entusiasmo a visitantes como Antonia Meitín, que no conocía Llanes y le pareció "muy bonito". También a Josefina Méndez, quien sí había estado en Laredo y confirmó la energía de sus vecinos. "Nos volcamos en todo", añadió la gallega recién llegada a la carpa que la organización instaló en el muelle pesquero. En el interior les esperaba una degustación de quesos llaniscos y otra de anchoa de Santoña, un producto que Rosario Caballero no daba a basto a preparar para tantos comensales. Los visitantes pudieron verla abriendo la anchoa y quitándole bien la espina antes de empaparla en aceite y llevársela a la boca.

En la otra punta de la carpa Itziar de Larrinaga Ugalde, de Laredo, también se afanaba en limpiar anchoas pero en este caso para enlatar. "Es el último proceso antes del envasado", explicó la cántabra mientras separaba ambos filetes de la anchoa y los limpiaba con sumo cuidado. En este caso sólo se trató de una demostración, algo que De Larrinaga realiza para bodas y otros eventos. Los alcaldes de las villas marineras aprovecharon para celebrar una asamblea de la que salió el periodista guipuzcoano Iñaki Gabilondo como premiado de este año. La presidenta del club, Charo Fernández Román, alcaldesa de Ribadesella, anunció que se lo entregarán en septiembre u octubre en San Vicente de la Barquera, la villa que propuso su candidatura.