Inolvidable fue ayer la jornada en la localidad llanisca de El Mazucu para las familias de Arya Obeso Mier, de ocho meses, y Miguel Fernández Ruiz, de tan solo cuatro, que disfrutaron del día por partida doble, pues hicieron coincidir la tradicional celebración del Ángel de la Guarda con el bautizo de los pequeños. La emoción, aseguraban, era indescriptible.

Luis Obeso, "El Páxaru", abuelo de Arya, era la viva imagen de la felicidad. Vestido con el traje de porruano y calzado con madreñas, no dudaba en calificar la soleada jornada como "increíble". En similares términos hablaron los padres de la criatura, Luis Obeso y Claudia Mier. La niña recibió las aguas bautismales vestida de aldeana. "Se portó muy bien, y al final incluso le dio el sueño", señaló la orgullosa mamá. Terminado el primer bautizo se celebró el segundo. "Estamos muy contentos", señalaron los papás de Miguel Fernández, Julia Ruiz y Miguel Ángel Fernández. "Estaba todo calculado para que hoy coincidiese la fiesta con el bautizo", añadió el padre de la criatura.

Finalizados los bautizos, salió el ramu desde el barrio de El Cantón en dirección a la capilla. Una treintena de aldeanas con mimosa en la solapa secundaron a los dos ramos que, sobre sus hombros, llevaban Miguel González, Mario Tamés, Alfonso Valladares, Diego Sánchez, Rodrigo Cuesta, Héctor Cuesta, Borja Millar y Adrián Meré. Los roscos de pan dulce que decoraban el ramu pequeño y los de pan salado que colgaban del grande fueron subastados tras la misa por Luis Obeso.

La procesión con la imagen llegó hasta el monumento al emigrante, donde tuvo lugar una oración en recuerdo de los ausentes que antecedió a la eucaristía que ofició el sacerdote Aurelio Burgos. La mañana acabó con un festival folclórico en el que los jóvenes de la localidad, al ritmo de la gaita y el tambor que tocaron los hermanos Cue, interpretaron la jota del Cuera y de Cadavedo, entre otros bailes.