El propietario de uno de los terrenos situados entre la plaza de Santa Ana y el acceso a La Guía pide al Ayuntamiento de Ribadesella la expropiación debido a que el nuevo Plan de General de Ordenación (PGO) no incluye un cambio en la catalogación del suelo y, por lo tanto, seguirá sin poder urbanizarse.

El terreno en cuestión está calificado desde 1997 como espacio libre público, lo que significa que, aunque es urbano, no tiene aprovechamiento y por lo tanto no se puede construir en él. Al no estar previsto que el nuevo PGO cambie esta situación, el dueño del terreno quiere desprenderse de él a costa de las arcas municipales.

Por eso, el Ayuntamiento acordó en el pleno del pasado martes adscribirlo a una unidad de actuación con otra parcela situada a varios metros, lo que significa que cuando se edifique dicha parcela, el propietario del terreno también podrá participar en los beneficios La medida contó con el apoyo de todos los grupos, a excepción del PSOE, y la decisión aún podría recurrirse.

Por otra parte, el pleno abordó algunas obras, como las que se piden para el puente del Sella. La alcaldesa quiere recuperar un proyecto del año 2000 que "soluciona todos los problemas" de la estructura. Dicho proyecto incluye una acera de 4 metros en una lado y de 1,5 metros en el otro, un carril bici de 2 metros y dos carriles de circulación. Este proyecto, presupuestado en 9 millones de euros, fue presentado por el Ministerio de Fomento, pero se desechó en su momento porque "no pasó el trámite medioambiental del Principado".

En cuanto a los destrozos en el paseo de la playa de Santa Marina causados por los últimos temporales, Costas ha informado al consistorio riosellano de que los arreglos deben pagarse con dinero de las arcas municipales, ya que se considera que entran dentro del mantenimiento que debe hacer el Ayuntamiento y que no es una obra extraordinaria, en cuyo caso sí que correspondería a Costas acometer los trabajos necesarios.