L. S. N.

La multinacional holandesa Multi ha hecho proyectos comerciales de la mano de arquitectos de primera línea como el portugués Álvaro Siza, o intervenciones audaces como cubrir con una cúpula una zona urbana deteriorada de Belfast para hacer de ella un centro comercial. Su despacho de arquitectos, T&T Design, se encontró en Oviedo con un reto del máximo nivel. ¿Cómo se transforma «el interior de una enorme escultura» -el edificio de Santiago Calatrava- en un centro comercial? «Hemos encontrado un trato exquisito por parte de Santiago Calatrava, con quien nos reunimos en varias ocasiones, y por parte de sus colaboradores. Además de arquitecto e ingeniero, Calatrava es también artista, y lo son también nuestros arquitectos; casar mentes de artistas con las necesidades reales de utilidad quizá no es fácil, pero Calatrava lo asumió como un reto, y el resultado final creo que es un éxito», señala Víctor Manuel Gómez Izquierdo.

El arquitecto valenciano accedió a cambiar varios aspectos de su proyecto para adaptarlo al uso comercial. «El espacio al principio era espectacular, pero poco práctico, como el enorme vientre de una ballena, bajo las costillas, de 18 o 19 metros de altura. Se admitió hacer el centro comercial como una especie de "caja" dentro del edificio. También se diseñó un nuevo acceso peatonal en uno de los laterales, y fue el propio Calatrava el que apuntó cómo debían ser las circulaciones interiores del centro comercial», describe Gómez Izquierdo. Uno de los retos de Multi fue dar calidez al centro comercial sin que perdiera el sello de Calatrava. El uso de la madera en las terrazas de los restaurantes, que serán como cajas que sobresalen sobre el vestíbulo inferior, o el color del mármol de los pavimentos, ha buscado ese efecto.