Oviedo llora a Eloína Suárez, la única alcaldesa de su historia: "Fue emprendedora y feminista cuando esas palabras no se llevaban"

"Lo daba todo por los demás", resaltan en la capilla ardiente de la que también fuera presidenta de la Asociación de Viudas, fallecida a los 101 años

Canteli charla con Miguel Fuertes, hijo de Eloína Suárez, ante la mirada del primer teniente de alcalde de Oviedo, Mario Arias, ayer en Los Arenales.

Canteli charla con Miguel Fuertes, hijo de Eloína Suárez, ante la mirada del primer teniente de alcalde de Oviedo, Mario Arias, ayer en Los Arenales. / Irma Collín

Eloína Suárez apenas ostentó el bastón de mando durante diez meses –aunque nunca lo pretendió– y, si bien no le dio tiempo a hacer grandes obras, su papel como primera y única alcaldesa de la ciudad, unida a una larga trayectoria de madre coraje, le permitieron ganarse a pulso un hueco en la historia de Oviedo. "Fue emprendedora y feminista cuando esas palabras no se llevaban", comentaban ayer en la capilla ardiente instalada en Los Arenales tres de sus hijos (Miguel, Alfonso y Alicia) al recordar la figura de una mujer "amable, tenaz y seria", que "siempre lo daba todo por los demás".

La despedida a la que fuera regidora entre junio de 1978 y abril de 1979, fallecida el jueves a los 101 años, llevó ayer al tanatorio a muchos ovetenses dispuestos a brindarle un último adiós. Entre ellos estuvo el alcalde, Alfredo Canteli, , así como la delegada del gobierno y secretaria general del PSOE local, Delia Losa. "Era una persona de muchos valores, que rompió un techo de cristal, probablemente sin saberlo, en un mundo casi exclusivo de hombres", comentó la socialista a la salida del velatorio.

Canteli, que ya se había referido el mismo jueves a Suárez como "historia de Oviedo", quiso destacar ayer la faceta humana de su antecesora en el cargo. "Todas mis referencias son de que fue una alcaldesa cercana, que quería mucho a Oviedo y formó un encanto de familia", apuntó el regidor, quien acudió acompañado al tanatorio por los tres tenientes de alcalde del gobierno local: Mario Arias, Nacho Cuesta y Conchita Méndez, además del concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado.

La familia de la exedil solo tenía palabras de recuerdo y reconocimiento para su matriarca. "Cuando se quedó viuda a los 37 años y con seis hijos, tenía dos opciones: ir a llorar a un rincón o ponerse a trabajar para sacarnos adelante. Optó por la segunda opción", declaró su Alfonso, economista de profesión, subrayando el carácter emprendedor de su progenitora. "Se propuso mejorar la tienda familiar para sacarnos adelante, viajó por Europa y supo prosperar", añade su vástago Miguel, ya jubilado tras una larga carrera como diplomático.

Su hija Alicia, que trabajó hasta la jubilación en los servicios jurídicos del Ayuntamiento, ve a su madre como un referente en materia de igualdad. "Fue feminista en el sentido que deseaba lo mismo para hijos e hijas. Quería que todos sacásemos carrera y fuésemos independientes", sostiene la jurista.

Oviedo llora a Eloína Suárez, la alcaldesa tenaz que "lo daba todo por los demás"

Delia Losa (a la derecha) conversa con Isabel Fuertes, hija de la fallecida. / Irma Collín

Eloína era hija de maestra. Su madre había desempeñado su labor docente en Mieres. Suárez también estudió magisterio, pero renunció a ejercer por centrarse en la familia. "Sabía que si daba clases la destinarían a alguna zona rural y eso complicaría nuestros estudios en Oviedo", coinciden los hijos, reafirmando la preferencia que daba a la familia frente a sus intereses particulares.

Superados los años duros, la longevidad se alió con la cabeza de familia. "Cuando se jubiló, su buen estado de salud le permitió disfrutar de la vida, siempre de la mano de su hermana Palmira", dice Alicia al referirse a una época cargada de viajes y excursiones de contenido cultural. "Recorrió toda España, visitó hasta Marruecos y París con la asociación de viudas, y aprovechó los destinos de mi hermano diplomático para visitarle en Bolivia, Roma y Atenas", añade Miguel.

De su paso por la alcaldía apenas hacía referencia. "En verdad fue algo anecdótico en su vida. Creemos que fue alcaldesa por lo echada para adelante que era y por su enorme sentido de la responsabilidad", indican los familiares, que si algo destacan de ella era su capacidad de sacar tiempo para todo: "Con lo que trabajaba, aún tenía tiempo para estudiar contabilidad y gestión de empresas. Además, luego nos ayudaba a todos con los estudios cuando algo nos costaba, y siempre que podía echaba una mano en la parroquia de los Carmelitas y la Cocina Económica". A juicio de los hijos, en ese don de la omnipresencia tenía mucho que ver su manera de ser: "era de personalidad fuerte y su entusiasmo era admirable".

La capilla ardiente, por la que también pasó su hermana Palmira, de 102 años de edad, así como la práctica totalidad de una gran familia, compuesta por diez nietos y 16 bisnietos, echó el cierre ayer a las siete de la tarde si bien el último adiós está programado a las 13.00 horas de hoy en la iglesia de Los Carmelitas.

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