Oviedo, L. Á. VEGA

La larga instrucción del crimen de la calle de Félix Aramburu, en el que un joven de 17 años, M. G. U., mató a puñaladas a su tía e hirió a su abuela, ha motivado que el presunto homicida, que ahora tiene 18 años, fuese excarcelado ayer, al haberse agotado el plazo de internamiento preventivo, establecido en nueve meses. Se da la paradoja de que el joven fue condenado hace una semana a una pena de ocho años de internamiento en régimen cerrado (más otros tres de libertad vigilada), aunque su defensa, a cargo de la letrada Ana García Boto, anunció un recurso, por lo que el fallo del tribunal de menores no es todavía firme. El joven, que permanecía internado de forma preventiva en el centro de menores de Sograndio, a la espera de resolverse el recurso, quedó en libertad en la mañana de ayer.

El plazo de internamiento preventivo finalizaba a las doce y veinticinco del mediodía. En esa hora justa se cumplían nueve meses de su detención por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, instantes después de cometer el crimen. La fiscalía de menores entiende que «era ineludible» ponerle en libertad, «en estricta aplicación de la normativa en materia de responsabilidad penal de los menores, que impide la ampliación de los plazos previstos». Dada la legislación actual, no cabía prorrogar la prisión preventiva. En caso de los mayores de edad, ésta es de dos años, al cabo de los cuales puede prorrogarse por un período similar de tiempo. Este plazo de cuatro años se considera suficiente para que se desarrollen el proceso y los recursos posteriores.

En la mañana de ayer se celebró una comparecencia en tribunal de menores, en la que la fiscalía solicitó que se establezcan medidas para mantener controlado al joven, ante el riesgo de una posible fuga. El fiscal de menores también pidió que se prohíba al joven acercarse a menos de mil metros de su abuela, a la que también hirió, aunque de forma leve, en la mañana del pasado 10 de febrero. A última hora de la tarde, el tribunal de menores no había comunicado a la fiscalía su decisión sobre esta solicitud del ministerio público.

La Audiencia Provincial deberá decidir si mantiene la pena establecida por el tribunal de menores. La resolución no llegará en menos de tres meses. Si la mantiene, el joven deberá ingresar en un centro de reclusión para menores. Sólo en caso de que su conducta sea muy agresiva, podría ser trasladado a una prisión convencional, una actuación que debe ser supervisada por el juez.

Se desconoce el paradero actual del joven, aunque cabe la posibilidad de que se encuentre en Oviedo, en casa de su progenitor. Si al joven se le obliga a estar localizado de forma permanente, sería muy difícil que pudiese desplazarse fuera de Oviedo. M. G. U., que es huérfano de madre, cometió el crimen presumiblemente por una cuestión de herencia, según trascendió en el momento en que se produjeron los hechos.

El primer ataque

El joven acudió a casa de su abuela y de su tía, Isabel Uría, en la mañana del pasado 10 de febrero. Allí discutió con la segunda, después de que ésta le hiciese un reproche. El joven salió del cuarto de la mujer y fue a coger una navaja de cinco centímetros que tenía en su mochila y volvió a la habitación de su tía, a la que apuñaló en las costillas y luego cortó el cuello.

Un crimen horrible:

La irrupción de la abuela

La llegada de la abuela del homicida hizo que éste dejase a su tía, que escapó de la habitación, y comenzase a atacarla. El ataque a la mujer mayor fue, sin embargo, menos virulento, como demuestra el hecho de que presentase sólo lesiones defensivas. De hecho, al día siguiente fue dada de alta, debido a la poca seriedad de las lesiones.

La huida de la tía

Isabel Uría trató de pedir ayuda fuera de la vivienda, pero, aunque recorrió unos metros, no aguantó mucho y murió desangrada en el rellano de la escalera. Cuando fue detenido, poco después del crimen, el joven aseguró que no recordaba lo que había ocurrido. En junio consignó 92.500 euros en concepto de responsabilidad civil.