Pablo GALLEGO

La música quiere ser el lenguaje de Oviedo. Por eso, a la hora de convertir la ciudad en capital europea de la cultura, la música es una parte esencial del proyecto «Oviedo, Camino de Europa». Pero no sólo en las actividades previstas a lo largo de 2016 si la capital asturiana resulta la elegida. También en el legado de infraestructuras que el proyecto europeo puede dejar en Asturias. Entre ellas, la reforma de la caja escénica del teatro Campoamor. Un objetivo estratégico que, de cumplirse, devolverá el coliseo ovetense a la vanguardia de los circuitos europeos.

La reforma del entramado escénico del Campoamor forma parte del grupo de 10 proyectos previstos en el apartado «Actuaciones puntuales, infraestructuras y renovación de la ciudad de Oviedo» de la candidatura a la capitalidad. En el mismo bloque figuran otros como la mejora de los accesos a los monumentos prerrománicos del Naranco, o la sustitución de los autobuses y de los vehículos de la policía y de los servicios municipales actuales por otros eléctricos.

La caja escénica del teatro no se corresponde con la importancia de la actividad lírica de Oviedo. Con una temporada de ópera, otra de zarzuela y un festival de danza creciente, los equipos de trabajo que llegan al Campoamor se encuentran con un coliseo anclado en el pasado. Lejos de la primera división de la ópera. Incluso directores de escena esenciales en el panorama mundial, como Robert Carsen -que presentó en Oviedo sus producciones de «Jenufa» y de «Diálogos de carmelitas»- aseguraron a sus colaboradores que no volverían al Campoamor hasta que el teatro no solucionase sus deficiencias técnicas.

El equipo que trabaja en la candidatura ovetense a la capitalidad no ha precisado el presupuesto final de la obra. Tampoco plazos para la reforma o datos técnicos de los nuevos equipos, que se decidirán si Oviedo pasa el primer corte entre las ciudades candidatas. Pero sí tienen en mente una cifra: un millón de euros a invertir entre el Campoamor y el Auditorio «Príncipe Felipe». Once años después de su inauguración, el otro bastión de la música en Oviedo desarrolla una actividad sinfónica frenética como sede de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y de los conciertos del Auditorio. Algo que causa un profundo desgaste en el edificio.