El fado más tradicional puso el broche de oro al ciclo «Noches del fado: divas», que se celebró en el teatro Filarmónica, en cuyo escenario se pudieron oír las voces de Ana Moura y Mafalda Arnauth. El cierre del ciclo musical corrió a cargo de la joven fadista Raquel Tavares, que interpretó temas clásicos recogidos en su segundo disco, «Bairro».

La artista emocionó al público ovetense con un concierto intimista dedicado al barrio lisboeta de Alfama, donde vive y canta. En el Filarmónica se pudieron escuchar títulos como «Sofrendo da alma», «Madrugadas serenas», «Lisboa meu amor», «Rosa da Madragoa», un descriptivo «A nudez do meu fado» y clásicos como «Lua da maio», «Fado lisboeta» y «Olhos garotos». Tavares estuvo acompañada en la clausura del ciclo por un trío de guitarra clásica, bajo acústico y guitarra portuguesa.

Con 12 años, Raquel Tavares ganó el gran premio de intérpretes «Noche del fado», un género que cultivaba, no sin cierta vergüenza, desde niña. Ahora, el nuevo empuje de este género, recientemente declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, la «llena de orgullo», según manifestó a este periódico.