Pablo GONZÁLEZ

Los cuatro grupos municipales del Ayuntamiento de Oviedo (PP, PSOE, IU y Foro) cerraron ayer filas en defensa del mantenimiento de la Fábrica de Armas de La Vega en la ciudad y evitar así su traslado a Trubia, tal y como anunció el miércoles la dirección de Santa Bárbara Sistemas, filial en España de la norteamericana General Dynamics. Los líderes de los grupos decidieron ayer en una reunión extraordinaria de la Junta de Portavoces redactar una declaración institucional conjunta con el objetivo de dejar claro su rechazo a la decisión de la empresa de trasladar La Vega a Trubia. La declaración será debatida en el Pleno del próximo martes. La Junta de Portavoces también aprobó invitar a Mariano Fernández Hevia (UGT), presidente del comité de empresa de La Vega.

Tras la reunión, el alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, afirmó que la preocupación compartida por todas las fuerzas políticas municipales se centra en que «el trabajo de esta fábrica forma parte de la historia de Oviedo y entendemos que también forma parte de su futuro». Por eso aseguró que «en la medida de nuestras posibilidades vamos a defender la continuidad de la actividad empresarial de Santa Bárbara en Oviedo».

El regidor lamentó la falta de información ofrecida por parte de la empresa sobre el cierre de La Vega. Por una parte afirmó que las formas utilizadas por la compañía para anunciar sus intenciones «no son normales». Y añadió: «Cuando no hay nada que esconder, no hay nada que esconder. Es bueno hablar y es buena la transparencia». El Alcalde, que insistió en la falta de información que la empresa ha dado sobre el proceso, sí aseguró que «hay líneas industriales que existen en la Fábrica de La Vega que parece que no van a estar en Trubia». El regidor aclaró que esto no supone que considere que la decisión de la empresa es irreversible y volvió a denunciar la falta de datos aportados por Santa Bárbara Sistemas sobre la cuestión. «Ni lo veo difícil, ni no difícil. Como tenemos una absoluta falta de información, simplemente, no lo veo», zanjó. Caunedo evitó entrar a valorar qué pasaría con los más de 120.000 metros cuadrados de suelo que ahora ocupa la Fábrica de La Vega en una de las zonas privilegiadas de la ciudad y que son propiedad del Ministerio de Defensa. «Estamos tratando de salvar el funcionamiento de la fábrica», respondió.

Por su parte, el Gobierno del Principado de Asturias que encabeza Francisco Álvarez-Cascos eludió posicionarse con claridad sobre la cuestión, aunque sí confía en que se mantengan los 640 puestos de trabajo que suman ambas fábricas. En un comunicado de prensa la Consejería de Economía y Empleo anunció que el próximo miércoles su titular, José Manuel Rivero, mantendrá una reunión con el consejero delegado de Santa Bárbara Sistemas, Carlos Villar Turrau, «para conocer en detalle el plan de integración previsto por General Dynamics». El Principado asegura que el Ejecutivo de Álvarez-Cascos, que en 1996 espetó al entonces presidente del Principado Sergio Marqués que «el cierre (de La Vega) va a misa» durante una cena de la que LA NUEVA ESPAÑA fue testigo, «siempre ha apoyado el mantenimiento de las plantas asturianas de General Dynamics». En el comunicado se subraya cómo Álvarez-Cascos envió a Defensa una carta defendiendo la solvencia de fábricas asturianas de cara al contrato del 8x8.

La postura del líder de Foro en Oviedo, Arturo González de Mesa, fue más contundente que la del Principado. El forista reconoció que «acogemos con honda preocupación» el traslado de la fábrica a Trubia y que la prioridad es mantener los puestos de trabajo. González de Mesa espera que el traslado «no sea la antesala del cierre de la Fábrica de Armas a medio plazo», ya que considera «imposible» trasladar todas las líneas de producción de La Vega a Trubia. González de Mesa considera que sin el I+D+i de La Vega el centro de Trubia se convertiría en «una fábrica de mera calderería». González de Mesa advirtió de que cualquier intento de especular con los terrenos de La Vega «nos tendrá enfrente».

Por su parte, el Partido Comunista de Asturias señaló que el suelo «es de la ciudad» y pidió la rehabilitación de los chalés abandonados anexos a la Fábrica de La Vega.