Pablo GONZÁLEZ

Feve estudia ahora vender las oficinas que posee en la calle Ingeniero Marquina y por las que pagó en septiembre del año pasado 2,2 millones de euros, un millón más de lo que recogía la tasación oficial. El expediente de la operación, que se cerró en tiempos en los que José Blanco (PSOE) era ministro de Fomento, está siendo investigado por la Intervención General del Estado. La venta de las oficinas es uno de los planes que el actual presidente de Feve, Marcelino Oreja Arburua, hijo del que fue ministro de Exteriores con Adolfo Suárez (UCD), trasladó a los representantes de los trabajadores de la empresa en Asturias poco después de hacerse cargo de las riendas de la compañía.

Además, los sindicatos denuncian que las oficinas están siendo «infrautilizadas» y que en su momento ya se opusieron a su compra porque no tenían capacidad suficiente para albergar al centenar de trabajadores de Feve destinados a tareas administrativas. En la actualidad, en las oficinas trabajan unos 20 empleados de Feve que se encargan de la gestión del «Transcantábrico» y otros trenes especiales.

«Es una operación que nació torcida», explicaba ayer Antidio Fernández, miembro de la sección sindical de UGT en Feve. Fernández señaló que los dos miembros que los sindicatos tienen el consejo de administración de Feve -uno de UGT y otro de CC OO- se negaron a apoyar la compra de las oficinas «porque no servían para acoger a todo el personal». Y encima, según Fernández, «las oficinas están casi vacías».

«Nos opusimos desde un principio porque era una operación carísima y porque a las nuevas oficinas no se podría trasladar a toda la plantilla de Oviedo», añadió Miguel Ángel González Poli, secretario de la sección sindical de CC OO en Feve. Para González Poli si se suma lo que costaron las oficinas -dos pisos y una entreplanta que ocupan unos 750 metros cuadrados- y la inversión que Feve tuvo que realizar para adecuarlas «el metro cuadrado sale a precio de Manhattan». Algunas fuentes señalan que el montante total de la compra y las obras rozaría los 3 millones de euros.

Feve tomó la decisión de comprar estas céntricas oficinas alegando que los locales que la empresa tiene en la Losa «son insalubres» debido a la humedad y a la falta de luz. Desde Feve se eludió ayer valorar la situación alegando que el expediente de la compra está siendo investigando por la Intervención General del Estado. Tampoco lo hizo Fomento.