Ramiro Arias López, empresario leonés afincado en Oviedo, falleció ayer a los 84 años. Arias López fue uno de los accionistas más relevantes de Duro Felguera y gran amigo del mayor capitalista de la compañía, el también empresario, Gonzalo Álvarez Arrojo. De carácter emprendedor, desarrolló su actividad profesional en varias provincias españolas y en parte del extranjero con negocios de diversa índole como Minas del Principado, Termocarama, Autobuses Traval, Tuzsa, Vitrasa, Avanza, Transpublisa, Fábrica de Harinas Arias, Viñedos Montalvillo, y Canteras de Colombia.

Arias López fue considerado como una de las mayores fortunas de España al constituir el núcleo duro de la ingeniería asturiana. Así, en 2011 el empresario amplió su posición en el capital social de Duro Felguera con la adquisición de 242.651 títulos adicionales, equivalentes al 0,15% de la sociedad y acumuló una posición en el capital de la empresa del 8,328%.

Además, el fallecido mantenía una estrecha relación de amistad y negocios compartidos con el grupo Arrojo de más de medio siglo. Con Gonzalo Álvarez Arrojo y parte de su familia creó la sociedad Traval, que fue adjudicataria durante varias décadas del servicio de autobuses de Oviedo, hoy en manos de TUA, filial de la empresa ALSA.

El empresario fue secuestrado en Colombia, cerca de Medellín, en 1992. Un grupo de siete personas, al parecer delincuentes comunes, se lo llevaron cuando estaba en la sede de la empresa Canteras de Colombia, de la que era socio, en el departamento de Antioquía. La compañía estaba considerada como la más importante del entorno de Medellín, y Arias López también era copropietario de una planta de hormigones proveedora de los ferrocarriles colombianos y del metro de Medellín. Fue liberado dos meses después tras un tiroteo entre la Policía y los secuestradores durante una operación rutinaria de vigilancia.