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El Colegio de Aparejadores se abre a la calle y amplía su sede con un bajo en Cabo Noval

La institución tiene previsto inaugurar en San Mateo el archivo y la oficina de atención al público, que se instalarán en el nuevo local, de 745 metros

La sede del Colegio Oficial de Aparejadores, en la calle Cabo Noval, con el bajo en obras. RUBÉN VEGA

Los aparejadores están de obras, esta vez en su propia casa. Van a ampliar su sede en Oviedo, en un nuevo local que han adquirido en Cabo Noval, a pie de calle. De paso, aprovechan para hacer más accesibles y visibles desde el exterior los espacios de los que disponen. La junta directiva del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Asturias tiene previsto hacer coincidir con las próximas fiestas de San Mateo la inauguración de sus nuevas dependencias, a las que trasladará su archivo y donde instalará una oficina de atención al público.

Joaquín Antonio Suárez Colunga, el presidente de los aparejadores asturianos, explica que la sede colegial ocupa tres pisos, a la misma altura y de tres edificios y comunidades de propietarios distintos. Los locales están comunicados entre sí. "Los hemos ido cosiendo, pero tienen problemas de accesibilidad: todos tienen escaleras antes de llegar al ascensor", según señala Suárez Colunga.

En la actualidad, el Colegio de Aparejadores de Asturias, del que forman parte 950 profesionales, tiene entrada por tres portales, cada uno en una calle: Marqués de Santa Cruz, Cabo Noval y Principado. Suárez Colunga refiere que tras la ampliación el acceso para el público será el del bajo de Cabo Noval. Esa es otra de las ventajas de la reforma: que dará unidad al conjunto, con una entrada general.

Cuando quedó libre y se puso a la venta el bajo que está debajo del piso de la calle Cabo Noval, el Colegio dio un paso adelante y, a pesar de que requería un desembolso económico importante, apostó por la ampliación. La junta colegial presentó el proyecto a los socios en una asamblea y fue aprobado.

Hace aproximadamente año y medio, el Colegio de Aparejadores compró el local y a finales del pasado mes de mayo obtuvo la licencia de obra, aunque ya habían comenzado antes con el desescombro, con un permiso de obra menor.

Los nuevos espacios permiten concentrar todos los servicios en la manzana de Cabo Noval, incluido el archivo, que ahora se guarda en un local alquilado.

El nuevo bajo se organizará en una planta baja, la de la oficina de atención a los ciudadanos, y el semisótano, que ocupará el archivo. En total, con él, el Colegio de Aparejadores incorporará 745,24 metros cuadrados.

La constructora Daybasa, de Gijón, está realizando la reforma del local. Suárez Colunga comenta que uno de los criterios de selección del concurso que convocaron para la adjudicación del proyecto y su ejecución fue que en la empresa hubiera participación de aparejadores, con el fin de contribuir a impulsar su actividad profesional.

Con la ampliación de sus dependencias, la directiva del Colegio de Aparejadores se propone aprovechar para "ofrecer servicios y organizar actividades nuevas, lo que no se estaba haciendo por falta de espacio".

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