Niños con suero, otros con un brazo entablillado y hasta uno al que le dieron ayer el alta médica no se quisieron perder la actuación de "Payasos Sin Fronteras" en la planta séptima de Pediatría del HUCA. Jano y Santi lograron, a lo largo de cuarenta y cinco minutos de actuación, que los pequeños pacientes se partieran literalmente de risa en la planta de pediatría del hospital.

Esta iniciativa, "Correos reparte sonrisas", es la primera vez que llega al nuevo centro hospitalario, aunque hace diecinueve años que recorre los hospitales de toda España. La actividad forma parte del programa de Responsabilidad Social Corporativa que la entidad postal realiza con "Payasos Sin Fronteras" y otras entidades sin ánimo de lucro.

Entre la docena de niños que se encontraban en la sala de actividades de Pediatría sólo uno quería marchar antes de que comenzara la actuación. "Quiero marchar, quiero marchar", repetía una y otra vez. Jano y Santi empezaron su actuación y fue el que más aplaudió y se partió de risa.

Todos los niños estaban acompañados de sus padres, que al igual que los pequeños disfrutaron de las gracias y bromas de los dos payasos. Malabarismos, magia y equilibrios sobre un monociclo arrancaron tantas risas como aplausos. Y con actuaciones especiales, como la niña que comenzó: "no me llamo Einora, me llamo Nora. N, o, r, a". El payaso Jano se había liado con el nombre de la pequeña que con un palo sujetaba un plato que no paraba de girar. La salida de la niña al deletrear su nombre también hizo que las risas continuaran durante el espectáculo. Y hasta Santi, que todos pensaban que era mudo, comenzó a hablar.

La actuación de los "Payasos Sin Fronteras" tampoco se la quisieron perder médicos, enfermeras y auxiliares. Todos estaban en su salsa viendo cómo los pequeños lo pasaban tan bien porque saben que la alegría también ayuda a curar. Que la risoterapia, vamos, funciona.