"La sala Borrón es, junto a Amadis de Madrid, el espacio más longevo en la promoción del arte en España". El historiador del arte y comisario de exposiciones Juan Carlos Aparicio destacó ayer ese hecho, durante el acto con el que se conmemoraron los treinta años de historia de la galería asturiana, que gestiona el Instituto Asturiano de Juventud, en colaboración con el Consejo de la Juventud. Aparicio contó que empezó a ir a Borrón con 13 años, a ver exposiciones, y que con 42 sigue siendo un asiduo visitante.

Él, los artistas Paco Cao y Cristina Busto y la directora General del Instituto Asturiano de la Mujer y Políticas de Juventud, Almudena Cueto, y la presidenta del Consejo de la Juventud de Asturias, Sheyla Suárez, fueron los protagonistas de la celebración de ayer, a la que asistieron galeristas como Lucía Falcón y su hermano, el pintor Juan Falcón; profesores de la Escuela de Arte, como Laura Gutiérrez; o críticos como Luis Feás.

Aparicio se refirió a la sala Borrón como a un "espacio promocional" o "plataforma de lanzamiento" de los jóvenes artistas, que enraizó con la época del Sindicato de Estudiantes Universitarios. De hecho, explicó que la primera sede fue la Casa del Estudiante, en la calle Federico García Lorca -antes Calvo Sotelo-, que había sido una herencia del anterior régimen. Fue en el año 1985 cuando se reformó, para utilizarla como sala de exposiciones.

La sala Borrón, según siguió refiriendo Aparicio, nació ligada a la que fue la primera Consejería de Juventud de España, dirigida en el Principado por la socialista Pilar Alonso, en 1987.

Aparicio destacó la habilidad de los sucesivos gestores de Borrón para mantener "redes de colaboración" de lo más diversas, tanto con las entidades locales como fuera del Principado.

Arte rentable

Aludió a su "nexo" con la Escuela de Arte de Oviedo, con Taller-3 y la Escuela Municipal de Artes Plásticas y con el Museo de Bellas Artes. También a la importancia del programa de intercambios, a las becas y estancias que patrocinó: "Llevó el arte asturiano fuera, a otras comunidades y a otros países".

Paco Cao aprovechó la conmemoración para compartir con los asistentes las notas que ha ido reuniendo para el que se propone que algún día sea un libro, un ensayo que dedicará al "arte políticamente comprometido y rentable". "Todo lo que nos identifica nos encarcela", fue la primera anotación que leyó, y siguió durante un buen rato hilando consejos para triunfar en el mundo del arte: recomendó recurrir al sensacionalismo, hacer todo lo posible para llamar la atención, advirtió que "la sutileza no funciona" y conduce siempre a malas interpretaciones, que "la gente no entiende el desacuerdo como una forma de generosidad intelectual, sino como un ataque" y añadió que también da buenos resultados declararse anarquista o etiquetarse con cualquier palabra que acabe en "ismo", ya sea machismo o feminismo, falangismo o juancarlismo. Tras él, actúo Cristina Busto, con un espectáculo visual. La sala está ocupada estos días y hasta el 5 de enero por las obras de María Peña Coto.

Previamente, la directora General del Instituto Asturiano de la Mujer y Políticas de Juventud, Almudena Cueto, había manifestado su satisfacción por la permanencia de Borrón y su proyecto. "Es un éxito estar aquí después de treinta años", declaró, y destacó que "es importante que estemos recuperando espacios, que hayamos ido a Arco y que formemos parte del 'pentágono del arte' en Asturias", junto al Museo de Bellas Artes, Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, el Museo Barjola y el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer.

La presidenta del Consejo de la Juventud del Principado, que intervino tras ella, corroboró que Borrón es "uno de los espacios más consolidados en el apoyo al arte emergente" y expresó su deseo de que a la sala de arte ovetense le queden por delante al menos "treinta años más".