Después de tres decenios de su puesta en marcha, el éxito del programa educativo europeo "Erasmus" en Asturias queda fuera de toda duda. En la actualidad, más de 800 estudiantes de la Universidad de Oviedo están involucrados en diferentes proyectos, como recalcó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Francisco José Borge, vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales.

Borge, que intervino en un acto organizado en colaboración con el Consejo Asturiano del Movimiento Europeo (CASME), añadió que la institución académica tiene la intención de ampliar esta colaboración, a la vez que destacó la enriquecedora experiencia personal que supone para los alumnos pasar un curso en el extranjero.

De la misma opinión fueron los antiguos alumnos de "Erasmus" que participaron en la mesa redonda, presentada y moderada por Leopoldo Tolivar Alas, presidente del Consejo Asturiano del Movimiento Europeo y catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo. Noel Areces Díaz, economista, estuvo en Esmirna (Turquía) en 2010 y aseguró que fue capaz de descubrir un país totalmente diferente a Europa, del que se trajo buenos amigos, y a su novia, que es de la República Checa. Carmen Serrano Begega, traductora, intérprete y profesora, se fue en 2000 a Finlandia porque quería conocer de primera mano el sistema educativo de los países nórdicos. "Lo conseguí y me gustó tanto que quise volver y quedarme".

Juan Manuel García Benítez, ingeniero industrial, estudiante "Erasmus" en 1995 en la Universidad de Glasgow (Escocia), hizo hincapié en el gran cambio que notó cuando llegó allí. "Entonces era muy diferente a España", dijo. Tolivar contó su experiencia en 1986 en Suiza y luego en Bolonia, cuando aún no había "Erasmus". "Por ser español te miraban por encima del hombro".