Jaime Martínez anunció desde el principio de su conferencia ayer en el Ridea que contaría su particular historia de la ópera de Oviedo, que en ocasiones se bifurca de la historia general. Y en esa narración personal hubo lugar para las anécdotas. El presidente de la Fundación Ópera de Oviedo recordó como en 1957 participó en "La Boheme". No fue la única vez que estuvo en el escenario del Campoamor. En una ocasión, con Franco en el palco, el joven Martínez le preguntó a un hombre "¿tú de qué vas ho?", pensando que se trataba de un figurante. Aquel hombre se dio la vuelta en las escaleras del teatro, "llevaba una metralleta, era de la guardia personal de Franco".

También desfiló el hoy presidente de la ópera ovetense como revolucionario, lo hizo tras la bandera tricolor en una representación de "Andrea Chenier". En otra ocasión formó parte del pelotón de fusilamiento de la ópera "Tosca". Martínez y sus compañeros estaban en el escenario escuchando al tenor cantar el "Adiós a la vida", al acabar se emocionaron tanto que en vez de fusilarle se pusieron a aplaudir, "el bufido que me metieron aún lo escucho en la nuca", bromeó ayer Jaime Martínez. El presidente de la ópera de Oviedo confesó dos momentos de especial emoción. Cuando se casó en 1970 y regresó a Oviedo de su luna de miel para llegar al Campoamor y el final de "Jenufa" en 2005 con los cantantes empapados por la lluvia en el escenario.