Fernando Romay entró ayer en el salón de actos del colegio Santa María del Naranco como lo hacía en su época de jugador de baloncesto: chocando palmas con los 150 alumnos del centro que asistieron a una conferencia en la que el exdeportista coruñés les cedió el protagonismo a los niños. Pocas horas después se pondría a jugar con un equipo senior.

En el colegio, a pesar de sus dos metros y trece centímetros de altura, el exdeportista fue capaz de hacerse pequeño para adaptarse a las circunstancias y de hacer calar su mensaje a base de bromas y diálogos directos con los alumnos. Había venido a Oviedo para enseñarles a los niños lo importante que es el deporte para su desarrollo y al final se puso serio para que los presentes tomasen buena nota de lo verdaderamente importante. "Tenéis que meteros esto en la cocorota: el baloncesto es muy bonito y ofrece muchísimos beneficios para la vida, pero no podéis dejar que la competición acabe con todos esos valores. Además de ser alto hay que ser grande como persona", les dijo a los pequeños.

El acto de ayer estaba dirigido a los alumnos de primero a sexto de primaria que juegan al baloncesto en el colegio, tanto en horario lectivo como en actividades extraescolares. Cuando llegó el exdeportista una fotografía suya de la época de profesional, con la camiseta del Real Madrid y el número seis en el pecho, lucía en una gran pantalla a modo de bienvenida. El moderador del acto, Victor Poncela, intentó hacer eso, moderar, pero en cuanto le hizo la primera pregunta al exdeportista se dio cuenta de que todo lo que tenía preparado no iba a servir para nada. "Voy a hacer como hubierais hecho vosotros, el profesor me pregunta una cosa y yo respondo lo que quiero", dijo en tono de broma antes de tomar las riendas por completo.

Lo primero que hizo fue levantar de la silla a otro de los ponentes, al presidente del Comité Técnico de Árbitros del Principado de Asturias, Fermín González, que le dejó el sitio a una alumna a petición de Romay (también tomó parte en el acto el presidente de la Federación Asturiana de baloncesto, Juan José Cachero). "A ver Olaya, ¿para ti qué es lo más difícil de jugar al baloncesto?", le preguntó a la niña el que en su día llegó a ser el techo de la Liga española de baloncesto. "Tirar con la izquierda", le dijo ella. "Claro, es que la izquierda es como si no formase parte del cuerpo, es como si fuese de otra persona, pero tirar con las dos manos te hace mejor en el baloncesto. Con esto quería explicaros que todo lo bueno en la vida es costoso de conseguir y que hay que ser constantes y entrenar mucho, en todos los ámbitos de la vida, para conseguirlo", resumió Fernando Romay a modo de moraleja. "Dame un beso y choca", dijo para despedir a la pequeña.

Después sacó al estrado a Jimena y a Lucía, dos chicas que juegan en el equipo del colegio. Les preguntó directamente que si sabían lo que son los valores sociales. En un primer momento las dejó a cuadros, pero después de ayudarlas un poco llegó a donde quería llegar. Ellas le hablaron del respeto, de la educación, de la solidaridad... Él acabó por definir el concepto: "Los valores sociales son todos aquellos que nos hacen ser mejores personas, y muchos de ellos nos los enseña el baloncesto. Teneís que estudiar y hacerles caso a los profesores, a los entrenadores y a los árbitros, que están ahí para guiaros por el buen camino", dijo. Antes de terminar, y después de sentar a la pequeña Carolina en su regazo o de bromear con Pelayo, Fernando Romay se despidió para empezar a firmar autógrafos a diestro y siniestro.

También con mayores

Después de salir del colegio, el hombre que puede presumir de haberle puesto dos tapones a Michael Jordan acudió a una cita con deportistas más veteranos. Romay estuvo en las instalaciones del CAU para dirigir el primer entrenamiento de un grupo de personas de más de 50 años que se han animado a volver a jugar al baloncesto gracias a una iniciativa de la federación asturiana y la Universidad. Allí también estuvo el rector, Santiago García Granda, y el concejal de Deportes de Oviedo, Fernando Villacampa (Somos).