"En nuestro grupo de trabajo del CSIC buscamos fármacos para el párkinson que ayuden a regenerar las células que mueren a causa de la enfermedad y que también contribuyan a reducir la inflamación en el cerebro". Así lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Carmen Gil, investigadora del CSIC, experta en el diseño de nuevos fármacos aplicables a enfermedades neurodegenerativas y parasitarias.

Gil aseguró que la exposición a pesticidas o los golpes en la cabeza influyen en la aparición de la enfermedad, así como las mutaciones genéticas. El origen del párkinson aún se desconoce y ése es el principal obstáculo para combatir la enfermedad, que afecta a dos de cada mil personas en España. "No podemos atacar la causa de un mal si la ignoramos; por eso los tratamientos son básicamente paliativos; ayudan a controlar los síntomas, pero no detienen la evolución de la enfermedad", señaló la científica.

De forma realista, también abrió una pequeña ventana a la esperanza: "Tenemos una molécula prometedora que es capaz de curar en ratones, falta desarrollarla y probarla en humanos, donde el comportamiento puede variar bastante", recalcó Gil.

La investigadora, que participó en el ciclo "Qué sabemos de...", del CSIC, fue presentada por Ángeles Gómez Borrego, delegada institucional del CSIC en Asturias, quien también hizo hincapié en el misterio que todavía encierran las enfermedades neurodegenerativas, uno de los grupos más importantes en las patologías neurológicas.

El aumento de la esperanza de vida en España también hace que los pacientes deban convivir más años con trastornos que llegan a fases más avanzadas que hace décadas. Ése es otro de los factores que dificulta la eficacia de los tratamientos.

El carácter hereditario del párkinson fue otra de las cuestiones por las que mostró interés el público en el turno de preguntas. Carmen Gil explicó que esa posible transmisión entre miembros de la familia se da sobre todo en el llamado párkinson juvenil, el que aparece entre los 40 y los 50 años. Lo habitual es que la enfermedad se vaya desarrollando con la edad.

Gil detalló que la enfermedad de párkinson es un tipo de trastorno del movimiento que surge cuando las neuronas no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina. Los síntomas comienzan lentamente. Destaca el temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara; rigidez en los brazos, las piernas y el tronco; lentitud de los movimientos y problemas de equilibrio y coordinación. A medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar y moverse.