Una plantilla que, por vez primera en varias semanas, ha estado en su totalidad a disposición del técnico azul. Todos están listos para saltar mañana al césped del Tartiere, ya que en el derbi de mañana Anquela podrá volver a contar al completo con el equipo al que ha sabido dar forma y consistencia. Con el descanso forzado de Carlos Hernández y Aarón Ñíguez el Oviedo terminó la pasada jornada ante el Reus de purgar las sanciones por acumulación de amonestaciones, un proceso que había comenzado una semana antes frente al Almería. La advertencia de sanción sigue planeando sobre Folch y Mariga, pero los dos lograron acabar el choque en tierras catalanas sin recibir una amarilla y están listos para el choque de mañana. Que el Oviedo haya conseguido esa recuperación de efectivos sin dejar de sumar es un mérito más. Uno más de muchos.

No se vislumbran muchos cambios en el once de Anquela para el derbi, al margen del regreso de Hernández y Ñíguez. La principal duda radica en la elección del delantero centro, entre Linares y Toché.

Las ganas de derbi en el conjunto carbayón se dejaron notar desde que el árbitro pitó el final del partido en Reus, hace una semana. Con los deberes hechos, técnico y jugadores comenzaron a dejar entrever sus ganas de enfrentarse de nuevo al máximo rival tras el empate de la primera vuelta en El Molinón. "Hay que disfrutar esta semana y tomárnosla como una más", señaló Anquela. "La gente responderá, el campo estará lleno. Queremos no defraudarles y ganar los tres puntos", le siguió Folch. Y Alfonso Herrero remató: "Para muchos de nosotros será el partido más importante de nuestras vidas". "Sabemos que para todos los oviedistas es una cita especial. Son muchos años esperando este partido y ha habido momentos en los que han tenido que tragar mucho barro. Saldremos con todo para hacerles los hombres más felices del mundo", indicó Rocha, uno de los capitanes azules, quien, ante todo, confía en que el equipo aproveche la buena dinámica de las últimas semanas. A por la décima.