La derrota supone un duro varapalo para David Generelo, el entrenador llamado a comandar la nave azul a buen puerto hasta el mes de junio. Tras reponerse ante la Ponfe (3-0) de su estreno con derrota (1-0) en Alcorcón, la cita de San Mamés suponía una reválida para el extremeño. El 2-1 deja al equipo tocado en su intento de asaltar los dos puestos de ascenso a Primera División en un partido muy gris. Sin embargo, para el extremeño la superioridad de los bilbaínos no fue tan clara. "Nos faltó continuidad en el juego. Iniciamos bien el partido, fuimos superiores en la primera fase y después nos superó el Athletic. En la segunda parte dominamos el juego pero sin llegada. Nos ha faltado continuidad para que ellos no tuvieran tanta llegada", explicó como primera aproximación de lo que había visto en el césped de San Mamés minutos antes.

La derrota deja al grupo con la moral tocada, ya que era un escenario en el que los azules querían sumar los tres puntos. "No hay consuelo. Sabíamos los resultados y era una oportunidad de oro para dar un golpe encima de la mesa. El nivel de la categoría es alto, es difícil ganar fuera de casa, pero no nos consolamos", señaló el entrenador. "Me preocupa recuperar a la gente anímica y físicamente. La afición es soberana, cuando no ganamos tiene derecho a no estar contenta. Debemos revertir la situación", añadió.

La labor, ahora, se centra en que la derrota no afecte más de la cuenta a la moral del vestuario. "Tras la derrota hay que recuperar a nivel mental, más que físico. Los entrenadores debemos pulir las cosas que se hicieron mal y seguir mejorando", expresó el entrenador del conjunto carbayón.