Un tractor verde deambula por el césped del Carlos Tartiere. Se para prácticamente cada metro, despliega una especie de barra vertical de la máquina roja que arrastra y suena un ruido seco y contundente, como si estuvieran perforando algo. En realidad lo está. Está "microperforando" el césped en pequeños fragmentos, que es una forma, explican los especialistas, de que el abono filtre mejor y que la hierba asiente, "arraigue lo antes posible".

Porque la hierba, que se sustituyó por primera vez en 15 años el pasado mes de agosto, días antes del primer partido de Liga ante el Almería, sigue dándole dolores de cabeza tanto al equipo, que es quien juega en él, como al Ayuntamiento, que es el responsable de tenerlo en perfecto estado. Y, de momento, no lo está. Su aspecto es débil, parece blando, hay puntos entre marrones y grisáceos en muchas zonas del rectángulo y hay una banda, la que menos le da el sol, la de los banquillos, que está especialmente dañada, con poca hierba y mucha arena. En el gobierno local (Somos, PSOE e IU) lo saben y, según confirmaron ayer fuentes municipales a este diario, han intensificado los esfuerzos para tratar de que el césped asiente antes de que llegue el invierno y las lluvias y el mal tiempo amenacen de verdad. La lucha por el bien de la hierba es a contrarreloj.

Al menos ayer, los trabajos en el estadio fueron visibles en ese camión de "microperforación" que debía ir al Tartiere una vez al mes pero que, según aseguran desde la concejalía de Infraestructuras (PSOE), que es el área responsable de los trabajos, están yendo "con más frecuencia". La semana pasada, explican, se echó más arena en las capas inferiores y, días después, se abonó la hierba. Estas actuaciones, sostienen, van encaminadas a dos objetivos: a que el abono filtre mejor y a que, si llueve, y este es el principal fin, el agua cale directamente hasta la raíz, "de forma que ayuda a la hierba a enraizar mejor".

En el club hay preocupación por el estado de la hierba, pero siempre ha guardado cautela y se ha mantenido al margen, sabedor de que la responsabilidad es municipal. Y en el Ayuntamiento saben que el tiempo apremia, pero confían en que antes de que vuelva el invierno el césped esté asentado y preparado para superar ese periodo.

El cambio de la hierba es una apuesta del tripartito local que anunció el Alcalde, Wenceslao López, el pasado mes de febrero. El proceso se fue complicando con los meses por problemas con la documentación y, finalmente, se empezaron a realizar los trabajos a finales de julio, menos de un mes antes del inicio de la competición. Las actuaciones consistieron en cambiar una capa de arena, en realizar un tratamiento de gravillas y en la colocación de tiras de tepes de cuatro centímetros de espesor, labores que tuvieron un presupuesto de 163.000 euros. En principio, parecía que el césped aguantaba el tirón, pero con el paso de los días se ha empezado a levantar.