Si hay un puesto especial dentro de un equipo de fútbol ese es el de portero. De los once jugadores que saltan a un terreno de juego es el único que, dentro del área, puede coger el balón con las manos. A partir de ahí todo es diferente para un guardameta. Sus aciertos pueden pasar un poco desapercibidos mientras que un error suyo puede ser lo más destacado de un encuentro. Una especificidad que hace que el de portero sea un trabajo muy especial y que necesita de una formación específica.

Así lo entienden también en el Oviedo, donde llevan años dando una gran importancia a la formación de porteros desde la cantera. Un equipo de cinco personas trabajan para que en las categorías inferiores los guardametas tengan la mejor base posible para ir progresando. Al frente de ellos está Sergio Segura, que ahora ha pasado a trabajar también con los porteros del primer equipo.

"Una de las claves del trabajo que estamos realizando en la cantera es la coordinación. Nos coordinamos entre los entrenadores de porteros y también con el resto de técnicos que dirigen a los equipos. Preparamos juntos los entrenamientos, hablamos el mismo idioma y tratamos de que todo esté coordinado", explica el entrenador madrileño. Si bien, Segura reconoce que los porteros viven en una realidad un poco diferente y que es labor de los entrenadores hacerles entender que su puesto es muy particular: "Les tratamos de enseñar en qué consiste la figura del portero, desde que son los únicos que pueden coger el balón con las manos, que sólo juega uno, que él nunca gana los partidos, todo lo que se suele decir del portero, que entiendan que es una profesión diferente a la de los demás, que lo tengan asumido".

Otro de los aspectos que también cuidan con mimo en el Oviedo es el psicológico: "Tenemos que conseguir que piensen rápido. Trabajamos también con estímulos como que si consiguen blocar un balón acaban el ejercicio y si no tienen que continuar en otra acción".

Una de las prioridades que se marcan en el Oviedo es que los porteros que lleguen a la cantera aprendan desde pequeños los principios básicos, que los interioricen lo antes posible. "A los niños hay que explicarles cosas del tipo de cómo han de caer, cómo han de blocar un balón, cómo desviarlo, cómo jugar un control y pase; según van pasando de edad va subiendo el nivel", explica Segura.

Una de las claves en esa evolución es ir haciendo cada vez más reales los ejercicios que se hacen durante los entrenamientos: "Todo depende de la edad. A los más pequeños les explicamos cómo deben poner las manos, algo que se aprende a base de repeticiones, cómo caer de un lado, cómo me tengo que levantar, que son cosas importantes porque cuánto mejor sea técnicamente menos energía voy a gastar y más veces y más rápidamente lo puedo hacer. Cada vez les vamos metiendo más cosas, es importante también que los pequeños no se aburran. Con el paso de la edad se sigue dando importancia a lo técnico pero el objetivo primordial ya no es tanto lo táctico, eso ya lo saben, y se van puliendo otro tipo de cosas, como la toma de decisiones", añade Segura.

El Oviedo ha querido darle mucha importancia a ese trabajo con los porteros y por eso todos los equipos de la cantera tienen a un entrenador específico para este puesto. Adán se encarga de los equipos más pequeños hasta categoría alevín incluida, Ricardo trabaja con los infantiles, Nando lo hace con juveniles y el segundo turno de cadetes y Manu trabaja con el filial. Segura coordina el trabajo de todos ellos, que está supervisado por Roberto Robles.

"Llevamos tres años con un trabajo que está dando buenos frutos. Se está haciendo una buena labor en la que coordinamos todos los aspectos, desde el psicológico hasta la preparación física", dice Segura. Y ellos, los porteros, pueden aprender en el Oviedo desde lo más básico hasta lo más complicado.