Fue el pasado 19 de marzo, dos días antes de la entrada de la Primavera. En el Oviedo iba todo más o menos bien hasta esa semana, cuando explotó el conocido como "caso Egea" y todo, la temporada, las opciones de ascenso, la normalidad en el ambiente, se acabó yendo al garete. Sergio Egea se marchó repentinamente y su plaza en el banquillo la ocupó el debutante David Generelo. El banquillo era uno de los dos que hay en Santo Domingo, estadio del Alcorcón. Allí fue su debut: 1-0, derrota. Fue el principio del fin del curso anterior.

Hoy todo aquello está felizmente superado y al club azul han vuelto la estabilidad y la unión. El equipo hoy es otro, ha dado buenos pasos hacia adelante y llega fuerte a un estadio que trae muy malos recuerdos y que presenta un gafe que se puede remediar, por ejemplo, esta tarde. Los azules han perdido los dos partidos oficiales que han disputado hasta la fecha en Santo Domingo. El más cercano es el citado en el debut de Generelo, pero hay otro precedente para el que hay que mirar algo más atrás, bajar a Segunda B, llegar a la temporada 2009-2010 y recordar una tarde fría de enero en la que el Oviedo se llevó un merecido revolcón (2-0).

Entonces, el Alcorcón era la sensación no sólo de la categoría sino del fútbol español: dos meses antes había eliminado al Madrid de la Copa del Rey con una estruendosa goleada por 4-0 en el partido de ida en el capítulo más brillante, al menos mediáticamente, de la historia del club alfarero. Aquéllo se llamó Alcorconazo y todavía resuena entre los protagonistas. "Tuvimos un antes y un después", reconoció hace semanas en una entrevista con este diario Juan Antonio Anquela, entonces entrenador amarillo, hoy preparador del Huesca.

Los papeles aquel día estaban invertidos. El favorito era el Alcorcón, que llegaba líder y acabó subiendo a Segunda aquella temporada. En aquel duelo, el conjunto alfarero tuvo la suerte de meter dos goles (David Alfaro y Bravo) con 90 minutos de diferencia: uno en el 4 y otro en el 94, situación que desarmó a un Oviedo en el que los mejores fueron, cuentan las crónicas, Iván Ania y Xavi Moré.

El duelo se celebró hace casi siete años, cuando el futuro todavía era negro el Oviedo iba camino del precipicio, destino que alcanzó dos años y diez meses después, justo en el momento en que aparecieron la afición y Carso para sujetarlo, reanimarlo y convertirlo en lo que es hoy: un candidato a ascender a Primera División.

Desde entonces, el Oviedo fue creciendo hasta llegar a Segunda, donde se volvió a cruzar con el Alcorcón. Fue el citado debut de Generelo, un partido en el que se le anuló un gol a Koné, pero que el Oviedo perdió justamente por un tanto de David Rodríguez, que hoy volverá a ser el referente del ataque amarillo. La derrota, en cualquier caso, quedó en un segundo plano por el terremoto que generó la salida de Sergio Egea. Nueve meses después de esa derrota, en el club azul ha vuelto a salir el sol y el equipo se siente lo suficientemente fuerte como para acabar con el gafe de Santo Domingo.