Entre sus siete hermanos, para Ikechukwu Uche su espejo siempre ha sido Kalu, dos años mayor. De él aprendió las nociones básicas del fútbol y con él decidió dar el salto a Europa mientras el resto de hermanos cuidaban en Aba (Nigeria) del negocio familiar. La fascinación de Ikechukwu por su hermano mayor le llevó a imitar la forma en que éste celebraba sus goles: carrera en busca de la potencia y una sucesión de volteretas perfectamente coordinadas. El hermano pequeño imitó la técnica hasta que en 2006 se vio obligado a prescindir de ella por prescripción médica tras unos problemas de espalda. La pausa nunca fue definitiva, pero el paso del tiempo sí le ha convencido de una mayor contención en el festejo. Ahora, a sus 32 años y una extensa carrera forjada en equipos de la talla de Getafe, Zaragoza o Málaga, el nigeriano es la principal amenaza de un Nàstic al alza que quiere seguir saliendo del pozo esta tarde en el Tartiere.

Ikechukwu Uche llega a Oviedo a sus 32 años con dilatada experiencia a sus espaldas aunque no toda su carrera ha sido tan sencilla. El nigeriano aterrizó en Madrid a los 17 años sin ningún contrato o promesa que le diera las primeras oportunidades. Tras diversas pruebas y acercamientos fue el Racing de Ferrol el primero en ponerle en el escaparate en 2001. Allí empezó a explotar sus condiciones de velocista aplicadas al terreno de juego y el Recre no tardó en echarle un ojo. Pagó 300.000 euros por su fichaje y el paso fue decisivo. Con el Decano, Uche hizo 49 goles en cuatro temporadas. En su currículum brilla especialmente su tanto en el 0-3 del Barnabeu de aquel equipo dirigido por Marcelino y comandado por Cazorla. Otros 11 goles en Getafe en dos temporadas despertaron el interés del Zaragoza, donde tuvo menos suerte. Tras rehabilitarse en Granada, el Villarreal fue su última parada brillante en Primera: 33 dianas en tres campañas. Un paso poco afortunado por México y otro testimonial por Málaga preceden a su fichaje este verano por el Nàstic de Tarragona.

El delantero ha vuelto a Segunda, en un regreso a los orígenes que le debería reconciliar con el gol. De momento, las cosas no le van mal en el aspecto personal. Es la referencia ofensiva de un Nàstic que ha ganado tres de los últimos cuatro partidos, con cuatro goles (los mismos que Juan Muñiz) después de tan solo 14 disparos. El nigeriano ya ha marcado ante Lugo, Sevilla Atlético, Valladolid y Cádiz. En las cuatro ocasiones su celebración ha sido similar: carrerita corta y brazos al cielo. Nada de volteretas, símbolo de juventud.