La semana difícilmente podía haber sido más oscura. Primero por el humo de los incendios que asolaron Asturias y después por la lluvia que vino bien para apagar el fuego pero que se llevó la luz. Tanta negrura parecía el reflejo de un Oviedo que acabó el partido del sábado pasado ante el Granada deprimido por la derrota (2-0) y preocupado por la mala racha de cinco partidos seguidos sin ganar. Las palabras de Anquela tras caer en Los Cármenes fueron fiel reflejo de ese estado de ánimo. Pero ayer amaneció soleado y en su rueda de prensa semanal apareció un Anquela radiante, con más fe que nunca en su equipo y convencido hasta las últimas consecuencias en sus ideas y en que los suyos van a ser capaces de ponerlas en práctica.

"Las soluciones las tenemos dentro y las encontraremos. No me cabe la menor duda. A mí nadie me ha regalado nada, todo lo hemos hecho a base de trabajo, de creer en lo que hacemos, de no cambiar el discurso y de tener un equipo que ha creído a pies juntillas en las ideas que proponemos. Y aquí lo vamos a conseguir, no tengo la menor duda", sentenciaba el entrenador del Oviedo. No es la primera vez que Anquela se ha visto en una situación de estas y a su plantilla le ha pedido que se ponga "el chubasquero". "Ahora es cuando tenemos que estar más juntos, ponernos el chubasquero y cuando pare de llover salir para adelante". ¿Qué quiere decir ponerse el chubasquero? Anquela tiene la respuesta: "Significa muchas cosas: hay que pelear, hay que trabajar, aguantar el chaparrón como lo que somos, un equipo de tíos preparados y formados para esta causa".

El técnico del Oviedo dice cada semana que su equipo trabaja bien durante los entrenamientos, algo que para él tiene una importancia relativa: "Los chicos trabajan de cine, pero eso lo quiero ver yo en el campo. A mí esto, aquí, entre nosotros, todo lo que queráis; pero yo quiero verlo el domingo (mañana ante el Córdoba). El domingo, a las 12, el verde nos pondrá a cada uno en nuestro sitio".

Lo que quiere ver en el Tartiere Anquela es a sus jugadores haciendo algo similar a lo que mostraron los chicos de la cantera que subieron con el primer equipo en la recta final del amistoso ante el Langreo del miércoles: "Ese partido me valió para ver a diez futbolistas que muy, muy al final del partido, me dieron lo que yo andaba buscando: descaro, jugar bien al fútbol y ser intensos. Me sentí muy orgulloso de ver a esos chicos en el campo", añadía.

La confianza de Anquela en sus hombres es absoluta, pero eso no le impide ver los errores que le están costando puntos al Oviedo. Una de las cosas que más preocupa al técnico azul es la facilidad con la que reciben goles: "El error es muy fácil, tú no puedes meter tres goles para ganar un partido. Ya está. Nos está costando mucho dejar la puerta a cero y eso no es cuestión de la defensa, es muy fácil buscar a la defensa y al portero; pero el problema es que colectivamente no hacemos las cosas como yo quisiera, como deberíamos o como los rivales exigen. Hay que hacerlo a la perfección y no equivocarse".

Sin errores y dejándose todo en el campo. Así quiere ver Anquela mañana a los suyos ante el Córdoba: "En líneas generales el equipo ante el Granada no me transmitió las sensaciones que yo quiero. Esto es muy fácil. Si nosotros pensamos que la Segunda nos va a regalar algo, si pensamos que cualquier partido lo vamos a ganar sin esfuerzo, estamos totalmente equivocados".

Al entrenador del Oviedo no le gusta demasiado hacer cambios drásticos en la alineación. Es probable que suceda lo mismo mañana, aunque todo hace indicar que alguna novedad sí que habrá. El propio Anquela reconoció que dos de los que pujan al alza son Mariga y, sobre todo, Diegui Johannesson: "Están en condiciones, lo único que hay que hacer es ponerlos, a ver si soy capaz de ponerlos y si encuentro o veo el equipo ideal que pienso que puede ganar y ellos están dentro. El otro día Diegui ya jugó y estoy muy contento con él porque al que da lo que tiene y deja todo lo que tiene en el campo no se le puede pedir más". Palabra de Anquela.