Que el domingo (18 horas) habrá cambios en la alineación del Oviedo no es ningún misterio. Anquela no podrá contar con los dos delanteros de los que dispone en la plantilla, Linares y Toché, los dos sancionados por acumulación de tarjetas, y tampoco estará el lateral derecho Diegui Johannesson, por la misma razón que los dos puntas. Estas ausencias y los malos resultados que acumula el Oviedo (lleva cinco jornadas sin ganar) facilitan que ante el Granada el entrenador azul haga una pequeña revolución en el equipo.

Fabbrini como guía. Al Oviedo le faltan ideas y claridad en ataque. Los azules llevan tres goles en los cinco últimos partidos y ninguno de ellos les ha servido para sumar ni un solo punto. La única manera que tiene Anquela para mejorar esas cifras y para dar fluidez al equipo arriba se llama Fabbrini. El italiano ya fue titular ante el Barcelona B -fue el mejor de todos- y el viernes, en la derrota (3-1) ante el Tenerife, salió desde el banquillo y dio un soplo de aire fresco que fue insuficiente para reconducir uno de los peores encuentros que ha jugado el Oviedo esta temporada. Su participación el domingo ante el Granada es segura y la única duda que queda por despejar es en qué posición se va a desempeñar.

¿Es el momento para cambiar el sistema? Esta racha negativa en la que se encuentra el Oviedo no es la primera de la temporada. El conjunto azul ya tuvo un momento bajo en la primera vuelta de la competición y supo salir airoso. Para hacerlo, Anquela dio una vuelta de tuerca al equipo y cambió un sistema de 1-4-2-3-1 por un 1-5-2-3. La principal razón que llevó al técnico azul a dar ese cambió de timón fue los jugadores de los que disponía. Tenía dos laterales con mucho recorrido ofensivo, Diegui Johannesson y Mossa, y le faltaba un mediapunta (Fabbrini se rompió en pretemporada). Esta decisión hizo del Oviedo un equipo más directo en ataque y más sólido en defensa. Todo ha cambiado ahora. Diegui Johannesson no podrá estar el domingo por sanción y, además, tanto él como Mossa no atraviesan por su mejor momento de forma. Esto abre las puertas a una alineación en la que el Oviedo vuelva a formar con una defensa de cuatro, en la que Cotugno y Christian serían los laterales; con dos mediocentros por delante (Rocha y Folch); una línea de tres en la que estarían Aarón Ñíguez, Fabbrini y Saúl Berjón; y un delantero centro. La otra opción es continuar con el mismo sistema que viene utilizando hasta ahora. En ese caso existe la posibilidad de que el lateral derecho que cubra la baja de Diegui Johannesson sea otro canterano, Viti. El de Pola de Laviana tiene toda la confianza de Anquela y podría ser la gran sorpresa de los azules el domingo. En ese caso, todo seguiría igual, excepto el delantero.

Un delantero centro de la cantera o uno reconvertido. Otra de las decisiones importantes que tiene que tomar Anquela a lo largo de esta semana es qué hacer con el punta. Toché y Linares están sancionados y puesto por puesto el sustituto debería ser Steven, el delantero de la cantera que viene ejercitándose con el primer equipo toda la semana. Pero esa no es la única posibilidad que existe. El entrenador azul tuvo ayer entrenando juntos a Steven, Toché, Linares, Yeboah, Fabbrini, Aarón Ñíguez y Saúl Berjón. De esos siete futbolistas deberán salir los que ocupen el ataque del Oviedo el domingo. Sea un sistema o sea otro, el técnico andaluz deberá decidir si reconvierte a Saúl Berjón, Yeboah, Aarón Ñíguez o incluso a Fabbrini como nueve o da entrada de inicio a Steven.

Folch vuelve a ser el centro. Una de las preocupaciones que ya no tendrá Anquela el domingo es la ausencia de Folch. El faro del Oviedo regresará y todo lleva a pensar que lo hará formando con Rocha, su pareja habitual. La prueba con Forlín ante el Tenerife salió muy mal y, una vez más, el argentino demostró que, si bien es uno de los mejores centrales de la categoría, sufre mucho de pivote. Él y todo el equipo.