Pablo Hervías conoce bien lo que es jugar en el Tartiere. El centrocampista riojano estuvo en el Oviedo cedido por la Real Sociedad hace dos temporadas, en la primera de los azules tras el último ascenso a Segunda. Esta temporada, en el Valladolid, se ha convertido en uno de los fijos de un equipo que ve como no puede fallar más si quiere meterse en los puestos de play-off.

Hervías reconocía ayer en rueda de prensa que el partido que va a enfrentar a su equipo con el Oviedo hoy (21 horas) en el Tartiere es "una final": "No somos tontos; sabemos que es un partido importantísimo porque, si perdemos, el Oviedo se nos va a ocho puntos. Puede ser una final".

El de Logroño también quiso trasladar parte de la presión del encuentro al bando contrario, al Oviedo en este caso: "El Oviedo tienen la obligación de ganar en casa". Un campo, el Tartiere, una afición, la azul, que fueron elogiadas por el futbolista del Valladolid: "Tienen una gran afición y el ambiente que se vive es un espectáculo".

Hervías también habló sobre el cambio de entrenador después de la salida de Luis César Sampedro y la llegada de Sergio González, que debutó con los pucelanos perdiendo 0-1 ante el Sporting: "Cada entrenador tiene su librillo. Quizá Sergio mete más partidos reducidos en los entrenamientos y con Luis César usábamos más campo entero. El sistema de juego también cambia un poquito", señaló, para a continuación dejar claro que ahora lo que les toca es "estar a muerte con Sergio".

A veces criticado por tener mucho el balón, Hervías zanjó que es su estilo: "Es mi fútbol y voy a seguir haciendo lo que hago".