Los partidos tranquilos no fueron inventados para el Oviedo de Anquela. Al ganar, ganar y volver a ganar de Aragonés se le podría sumar el sufrir, sufrir y volver a sufrir. Y eso que pintaba un partido plácido para los azules. Gol a los cuatro minutos, varias ocasiones, dominio claro...Hasta la segunda parte. El Sevilla entró más fuerte, el Oviedo perdió el medio campo y no supo manejar el resultado a favor ni después del 2-0 que anotó Christian Fernández. Ser de este Oviedo implica sufrir.