Sierra de Granda,

Luján PALACIOS

Treinta y seis familias de etnia gitana viven en la actualidad en el poblado de la Sierra de Granda, rodeadas de basura y de desechos. Hace más de 15 años que su realidad cotidiana es la misma, pero en las últimas semanas la zona está empezando a cambiar de aspecto. Desde el pasado día 20 de diciembre una cuadrilla de hombres jóvenes de la Sierra se esmera para cambiar las condiciones de su lugar de residencia, y los primeros resultados de ese esfuerzo saltan a la vista.

El proyecto forma parte del programa de mejora del entorno y el medio ambiente del poblado impulsado por la asociación asturiana Nómades para el cambio social, con la colaboración del Ayuntamiento de Siero y con la participación activa de La Borbe del Gau, la asociación de los gitanos de Granda. Se trata de un programa en el que todos han puesto mucha ilusión y en el que cada familia de la Sierra tiene algo que decir, en forma de peón para limpiar el poblado.

Manuel Pérez es el monitor del Instituto de Formación y Estudios Sociales que tiene a su cargo a los 29 chavales. Durante los próximos tres meses los jóvenes del poblado aprenderán labores de albañilería y de jardinería que les servirán para cambiar el aspecto de la Sierra. Por ahora están desbrozando y limpiando los alrededores de sus casas, en dos turnos de trabajo en función de las ocupaciones de cada uno de ellos.

Luego, una vez que una pala del Ayuntamiento les ayude a retirar la chatarra que rodea sus casas, comenzarán a trabajar en la creación de parcelas valladas para cada familia, en las que guardarán sus residuos de manera ordenada y controlada. Para ello ya se ha limpiado una parte de la Sierra y ahora sólo falta que los jóvenes del curso aprendan a colocar postes, a cavar cimientos y a cerrar con chapa ciega los recintos que serán sorteados entre las familias.

De esta forma se consiguen dos objetivos a la vez: mejorar el medio ambiente del poblado y que los jóvenes puedan aprender los rudimentos de un oficio. Todos están contentos con el resultado.

Javier Dual Montoya se esmeraba ayer con la azada para que la parte trasera de las casas de la barriada luciera más limpia. «Estamos muy satisfechos, nos ilusiona poder cambiar todo esto, pero también necesitamos que luego el Ayuntamiento nos eche una mano con el mantenimiento», indicaba el joven. Como él, Adrián y José Montoya trabajaban durante la mañana «para que quede bien guapo». Y, además, «para tener algún título y poder salir a trabajar fuera del poblado», subrayan los jóvenes.

Además de acondicionar el entorno de las viviendas, los participantes en el proyecto colocarán el suelo y la calefacción a la recién estrenada guardería del poblado, y arreglarán algunas casas vacías de la barriada. Todo ello se completará con la creación de un parque con columpios y juegos para los niños de la Sierra, que acuden regularmente al colegio del pueblo.

Todo un plan para cambiar de aspecto y mejorar las condiciones de vida de un grupo de personas que quieren demostrar lo que son capaces de hacer y que desean acabar con la mala imagen que en ocasiones se tiene de ellos.

Estos días la actividad en el poblado es intensa, con hombres que retiran restos de coches y chatarra, mujeres que barren concienzudamente las entradas a sus casas y jóvenes que aspiran a labrarse un buen futuro cambiando su modo de vida con sus propias manos.

Por ahora los resultados son buenos, y todos esperan que, dentro de tres meses, la Sierra se haya convertido en un lugar confortable para vivir.