Periodista, presenta y conduce «Diálogos de Asturias», un programa en la TPA

Oviedo,

A. MATALLANAS / Ch. NEIRA

La TPA estrena este domingo «Diálogos de Asturias», una serie de veinte entrevistas en las que el periodista asturiano Faustino F. Álvarez se ha servido de los miembros del jurado de los premios «Príncipe de Asturias» para tejer charlas, diálogos, debates y conversaciones a tres bandas inesperadas y audaces. José Luis Garci estrena mañana este programa, que produce Asturmedia, S. L., y que se emitirá los domingos, a las once de la noche.

-«Diálogos de Asturias», ¿algo más que entrevistas?

-Sí, hemos tratado de evitar la fórmula pregunta/respuesta entre dos interlocutores, y en casi todos los programas hemos hecho algo distinto. Con Garci, por ejemplo, le llevamos a J. K. Álvarez, un chaval de Luarca que ha hecho cintas con presupuesto mínimo, un principiante, vamos. En ese caso buscamos poner la guinda asturiana. Y al físico Antonio Fernández-Rañada, otro que me acuerdo, le sentamos al obispo auxiliar, Raúl Berzosa, para que hablaran del creacionismo.

-¿El experimento salió bien?

-Genial, y creo que ha quedado muy bien, como cuando sentamos a Víctor García de la Concha con Sánchez Dragó, uno el cartesiano y el otro el heterodoxo. También hubo provocación, con Luis María Ansón pidiendo que se respeten las opiniones de Sastre sobre la ETA mientras Linares le hacía un retrato. Han salido cosas muy sorprendentes. O con Antonio Garrigues Walker, que nos dio para inventarnos un género, y en vez de preguntas le soltábamos frases, citas, medio centenar.

-Veo que se lo ha pasado bien.

-Sí, tratamos de que todo fuese distinto, y yo, que soy un viejo rockero, estoy verdaderamente ilusionado.

-¿De dónde nace la idea de exprimir a los miembros del jurado de los premios?

-Creo que ya estaba en las primeras ediciones. Se trataba, y en este programa es lo mismo, de aplicar el criterio de que no pasasen por aquí a votar y a marchar, de que se les diese otra dimensión a su presencia en Asturias. Ahora lo hacemos gracias a la televisión pública.