Directora de la compañía belga «Peeping Tom»

Gijón, María IGLESIAS

Realizaron su primer proyecto a bordo de una caravana en el año 2000. Ése fue el origen de la compañía belga «Peeping Tom». «Éramos cinco en un camping-car, íbamos de gira en invierno y actuábamos en el exterior porque el camping-car pesaba demasiado para entrar en el escenario. Fue muy loco, pero muy divertido», explica la directora de la compañía, Gabriela Carrizo. Mañana, a las 20.30 horas, representan la obra «32 rue Vandenbranden» en el teatro de la Laboral.

-La obra «32 rue Vandenbranden» supone un giro radical respecto a la trilogía anterior de la compañía. ¿Por qué este cambio?

-Es un cambio porque en esta ocasión Frank Chartier y yo nos retiramos de la escena para dirigir. La trilogía representaba los problemas generacionales de una familia, desde un niño hasta una mujer de 80 años. Suponía la muestra del mundo íntimo familiar, con problemas de pérdida o vejez. Esta obra, «32 rue Vandenbranden», supone unas ganas de salir al exterior con gente más joven, pero al mismo tiempo de hablar de intimidad en un lugar abierto. Es un decorado de montaña, en un valle que llama a la libertad. Son gente joven con una vida por delante, pero también con incertidumbre.

-¿En qué se centra la pieza?

-En la presión a la que está sometido el ser humano. Partimos de las reglas impuestas por la sociedad, culturales, familiares, que nos condicionan la comunicación. Los mismos jóvenes que participan en la obra van trayendo y desarrollando nuevos temas. Partimos de lo físico para llegar a lo psicológico y mental, lo que sueñan, lo que desearían. Tratamos de hacer visibles los miedos, la parte escondida mediante el surrealismo, lo fantástico y mágico.

-¿El ser humano está condicionado por las reglas?

-Por muchas cosas. Es cuestión de saber cómo ubicarse en las relaciones, en la sociedad. Las elecciones están condicionadas por los miedos, las presiones, el tiempo, la cultura, la familia, etcétera. En esta situación, los jóvenes tienen ganas de hacer algo, deseos de salir.

-¿Qué importancia tiene la escenografía?

-La escenografía es importante porque partimos del concepto escenográfico de los personajes, dónde van a estar, cómo se va a desarrollar la escena, con quién se van a relacionar, etcétera. Así, se presenta un infinito de 30 metros sobre un gran cielo y un paisaje de nieve con elementos muy cinematográficos, influenciados por el cine y con paisajes muy naturales. El montaje y el sonido también son muy cinematográficos.

-La película de Shohei Imamura «La balada de Narayama» ¿fue uno de los puntos de partida de la obra?

-Fue una de las películas que más nos influenciaron por el paisaje de frío, nieve y las condiciones de supervivencia tan duras. Nos inspiramos en una comunidad con reglas lejanas a las nuestras y trabajamos esos códigos.

-«Peeping Tom» se caracteriza por combinar el teatro con la danza y la música. ¿Cómo lo trabajan en esta ocasión?

-Siempre trabajamos de la misma manera, con la combinación del teatro, la música y la danza. Trabajamos todas las disciplinas de manera muy cercana, de acuerdo a lo que se quiere decir en cada ocasión.