Oviedo, P. R.

Las legiones de Tito Carisio conquistaron, en el año 25 antes de Cristo, la ciudad de Lancia, el último bastión de los astures. Cuenta la historia que los vencedores la ocuparon pero no la arrasaron y que, bajo dominio romano, llegó a ser bastante próspera y muy poblada (las cifras oscilan entre los 6.000 y los 30.000 habitantes). Situada en los municipios leoneses de Villasabariego y Mansilla Mayor, Lancia es en estos momentos, y según los expertos, el mayor y más valioso yacimiento arqueológico de León, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1994.

El yacimiento se encuentra amenazado en estos momentos por el trazado de la autovía A-60 León-Valladolid, una carretera demandada desde hace años, casi tantos como llevan retrasadas sus obras. Y, paradójicamente, han sido las excavaciones que debe realizar la empresa por imperativo legal las que han sacado a la luz nuevos restos romanos y medievales que, según la plataforma Salvemos Lancia lo convierten en «el más importante de León y uno de los más importantes de España».

Salvemos Lancia, un colectivo integrado por asociaciones culturales, ecologistas, intelectuales y particulares, exige la salvación de todo el conjunto y afirma no entender el por qué de la elección de este trazado -disponía de otras dos opciones- por parte del Ministerio de Fomento. De llevarse adelante los planes del Gobierno de Zapatero, la autovía cubrirá los hornos medievales y romanos para la elaboración de tejas y otros utensilios, las inhumaciones de época romana y bajo medieval de las que, según la plataforma, «se están extrayendo numeroso restos del mayor interés, abundantes viviendas de trabajadores con pavimento bien conservado, una calzada romana, restos de monumentos funerarios, termas de época romana y otros».

El grupo de Facebook de este colectivo agrupaba ayer casi cinco mil apoyos. La Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León estudiará proximamente el informe arqueológico que le remitirá la empresa responsable de los trabajos. Ella, asegura la plataforma, «tiene la última palabra para autorizar o modificar el trazado de la autovía».